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31/05/18
Lo que sucedió en la sesión del lunes pasado en el Concejo Deliberante fueron hechos bochornosos que nos llenan de vergüenza. Porque hemos llamado la atención de todo el país y no por las cosas buenas de Mercedes sino por haber mostrado la cara más oscura del fanatismo y la irracionalidad. Vivimos en Democracia, y en Democracia es muy bueno que se expresen todas las ideas, y que cada uno lo haga por los medios que tenga a su alcance y de la forma que crea más conveniente. Cuando me preguntaron si me molestaba que se estuviera convocando a los trabajadores municipales para estar presentes en la sesión dije eso justamente. Me pareció y me parece bien que los sectores que se consideren afectados por decisiones que eventualmente pueda tomar el Concejo Deliberante se hagan presentes para apoyar lo que consideran correcto o manifestar su desagrado por lo que consideran nocivo a sus intereses. Pero en este caso, se convocó maliciosamente a los trabajadores utilizando la extorsión y la mentira, instalando una preocupación injustificada y corrosiva, asegurando que la adhesión al Pacto Fiscal iba a significar pérdida de horas extras, o la caída de planes sociales o directamente la pérdida del empleo, con lo cual la preocupación se transformó en muchos de los asistentes en desesperación. Pero la mentira tiene patas cortas. Y más temprano que tarde se va a saber que nada de eso es cierto y entonces los que agitaron vientos, posiblemente recojan tempestades provenientes de los mismos sectores que utilizaron para romper el debate. Porque eso fue lo que sucedió. Allí no hubo debate. Intentaron y lograron romper toda posibilidad de debate. Todos los que quisieron hablar en contra del Pacto Fiscal pudieron hacerlo sin problemas. Pero cuando quisimos expresar nuestra posición y llevar tranquilidad a los trabajadores, dándoles la seguridad de que esta adhesión en nada los iba a perjudicar, fuimos impedidos de hacerlo por la cerrada actitud de los que provocaban disturbios con la clara anuencia y complicidad, o incluso promoción, de parte de algunos representantes del espacio político del señor Intendente. Me tocó a mí ser la receptora de insultos y gritos destinados a tapar mi voz como así también, igual que varios de nosotros, recibir los empujones de algunos exaltados a quien nadie podía frenar. Mis primeras palabras fueron “hagamos un debate democrático”. Yo quería exponer mis argumentos en nombre del bloque que represento, así hubiese tenido que seguir hablando hasta las 5 de la mañana. Nosotros intentamos cumplir con el mandato que representamos, porque estamos en el Concejo Deliberante para debatir, para consensuar o disentir y, finalmente, para VOTAR, porque así funciona la Democracia. Por eso cuando escucho algunos pretendidos argumentos que apuntan a poner en un plano de igualdad a los responsables de los disturbios con la conducción ejercida por el presidente del Concejo Deliberante en esa malograda sesión, realmente me indigno, porque me hace acordar a los que pretenden asignar alguna responsabilidad a las conductas de las mujeres víctimas de femicidio. Si hay femicidio, hay delito, no me vengan con pretensiones de relativizar la responsabilidad de los asesinos. Si hay violencia destinada a romper el funcionamiento del Concejo Deliberante, se está atentando contra la Democracia, y no me vengan a relativizar las responsabilidades con argumentos falaces como que a Oscar Albini se le escapó la sesión de las manos. Quiero ser muy clara en esto: es a los responsables, autores intelectuales de la agitación extorsiva y del clima de tensión, es a ellos a los que se les escaparon de su control los hechos. Y hasta tuve que ver cómo algún concejal del oficialismo se ofendió porque un adherente a Cambiemos lo insultó. Como si hubiera estado en otro recinto, mientras los concejales y adherentes de Cambiemos recibíamos insultos durante más de una hora. Quiero expresar mi más sincero y ferviente deseo que, de ahora en más, todos los sectores trabajemos democráticamente, respetando los disensos, buscando consensos cuando sea posible, acordando o discutiendo, expresando los argumentos de cada uno y, finalmente, VOTANDO, porque a eso vamos al Concejo Deliberante. Por favor, no permitamos que nuestras convicciones, por más fuertes que sean, dejen nuevamente que alguien pueda ingresar a ese recinto del pueblo al grito de “NO SE VOTA”.
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Mercedes - Bs As - Argentina |
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