Tres hombres de entre 25 y 35 años, que simularon ser policías, asaltaron a una familia en su vivienda de calle 20 entre 11 y 13, el lunes a las 14.30 horas. Escaparon cuando una de las víctimas, de 35 años, logró llegar a la calle y avisar lo que estaba pasando.
Con chalecos azules identificatorios, borceguíes y pistolas que serían 9 milímetros, los sujetos engañaron a la abuela, de 87 años, “que no le abre a nadie”. Apenas destrabó la puerta, la mujer recibió un empujón y los asaltantes se metieron.

“En la casa estaban mi abuela, mi mamá (65), mi hermano (35) y sus hijos, una nena de ocho y los mellizos de siete años”, explicó el familiar Daniel Alonso a NOTICIASMERCEDINAS.COM.

¿“Oficial, qué pasó? ¿Por qué entran así?”, preguntó desde la cocina el padre de los niños a uno de los ladrones, que llevaba su arma en la mano.

Alonso contó que la respuesta fue que calme a los chicos, mientras uno de los delincuentes llevaba a la mujer de 65 años, tomándola del brazo, hasta su dormitorio, exigiéndole mediante amenazas que le entregue dinero.

Era el más agresivo de los tres, según la mujer tenía una tonada “peruana o boliviana” y llamativas cicatrices de cortes en el rostro. Procuraba intimidar a sus víctimas, mientras los otros dos trataban de tranquilizarlas.

En una situación límite, al hombre le llamó la atención el pantalón de jean poco reglamentario de uno de sujetos, dudó de que fuesen policías, descargó un puñetazo en el pecho de uno de los asaltantes e intentó salir de la casa.

Debió trenzarse a golpes y forcejear en la puerta hasta poder ganar la calle y pedir ayuda. Sus gritos llamaron la atención de los trabajadores de una obra en construcción cercana a la vivienda.

Entonces, el delincuente con el que había peleado salió “arando” en una camioneta Amarok. Cámaras de seguridad habrían registrado el paso del vehículo de gran porte algunos minutos después en la ruta 5, hacia Suipacha.

Los otros dos sujetos, al advertir que su plan se veía frustrado, se conformaron con una suma de entre dos y tres mil pesos que les entregó la mujer. “Lo que le podía quedar de la jubilación a esta altura del mes a mi mamá”, indicó Alonso a este medio.

A las 14.45, la cámara de seguridad de un vecino tomó la imagen de los dos sujetos que huyeron a pie, aunque quizás contaban con otro vehículo en las inmediaciones. Minutos después se hizo presente en la cuadra un enjambre de verdaderos policías.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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