“El 11 de marzo de 1979, hace hoy 40 años, era asesinado Ariel Brienza en la calle 4 de Mercedes, un niño de 14 años que corrió con su hermano Pablo (13) y otro chico amigo”, recordó Luis Giannini, tío de la víctima, quien hoy vive en Neuquén.
Ariel “se asustó cuando un cabo del Ejército argentino, que pertenecía al Regimiento 6 de Mercedes, le gritó y le apuntó con un arma no reglamentaria. Ante la corrida el asesino disparó, respondiendo al mandato que su jefe había colocado en la puerta del regimiento: ‘Aquí se crían los mejores tigres del mundo’. Si el pibe corre y no le hace caso, el tigre le dispara y lo mata”.
“Para una parte importante de la sociedad mercedina que sonreía al ‘orden del proceso’, mientras justificaba los secuestros y desapariciones que ocurrían en sus propias narices, para gran parte de nuestra familia que negó siempre la magnitud de este asesinato, fue un hecho aislado y hasta casi accidental, por el cual su asesino sólo estuvo cuatro años en la cárcel”.
“Pero ocurrió en el contexto del genocidio planificado por los grupos dominantes de la Argentina y ciertamente inauguró un ciclo de dolores inconsolables, enfermedades y muertes en mi propia familia. Porque, aunque no siempre se entienda y se tome conciencia de ello, la injusticia, la desmemoria y la impunidad enferman y matan”.
Yo era vecina de la calle 10 y cliente de la queseria y fiambreria que tenian sus padres. Recuerdo perfectamente el echo y el estupor que causo.