. Resuena en el eco de todo este Santo Tiempo de la Pascua, porque la Pascua es eso: hacer nuevas todas las cosas.
Posiblemente este mismo talante surcó los aires en esas noches agitadas de Buenos Aires. Las 10 han dado y sereno. Las 10 y sin novedad. Los timbales de las manos negras de San Pedro Telmo habían cesado. Las tertulias habían terminado pronto porque al día siguiente el Cabildo volvía a tratar temas importantes que hacían al futuro.
En el Regimiento de Patricios había una tensa calma. El pueblo estaba descontento y el Virrey lo sabía. En la casa de los Vieytes, alguna que otra corrida de último momento. Se asomaba algo nuevo, y ese un secreto a voces. Y esa noche parecía todo tan distinto, por eso que el atardecer, el crepúsculo, el anochecer fue diverso, como diverso fue el amanecer. Fue diverso el Te Deum de ese día que se rezaba para que el rey Fernando no cayera en manos de sus enemigos, que era algo que no aconteció porque Napoleón ya había invadido España, y eso era otro aliciente para apurar los trámites aquí. Sin embargo, el Te Deum se hizo, sólo que cambiando la intención.
Todo estaba siendo nuevo, se estaba pariendo algo nuevo, estaba surgiendo algo nuevo. Y cada uno seguía en lo suyo: el esclavo siéndolo, pero sabiendo que algo nuevo venía; el militar sabía que debía defender algo pero aún no sabia qué, algo nuevo venías; los civiles cada uno en su lugar, al igual que los profesionales; el Clero, acompañando algunos con la oración, otros diciendo a ver a que hora termina esto. Como en todo, como en todo momento.
Algo nuevo venía. Porque El hace nuevas todas las cosas. Y la Pascua es algo nuevo, como nueva es la Patria que estaba por nacer.
También nosotros estamos invitados a asumir el lugar, el espacio que nos toca. Junto a María que desde Luján nos dice Argentina, canta y camina. También a nosotros, desde nuestro lugar, nos cabe hacer algo nuevo, hacer nuevo lo que nos toca hacer. Y eso nuevo viene porque Jesús Resucitado nos invita a renovarnos interiormente y poner en lo de todos los días, en lo ordinario, cosas extraordinarias.
Ella, desde Luján, nos dice canta y camina. Feliz 25 de mayo. Que asumamos el desafío. ¡Viva la Patria!