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“¿Quién soy yo?”, la pregunta

¿Quién soy yo? Es la expresión que surge del corazón de Isabel, cuando frente a otra sorpresa mas, es sorprendida de nuevo con la visita de su parienta, la jovencita de Nazareth, María, que según le habían dicho también estaba embarazada. Era más normal porque estaba en edad pero no lo era la circunstancia porque había escuchado que según decían era obra del Espíritu Santo.

¿Quién soy yo?, pregunta esta mujer entrada en años, que sorprendida por un embarazo, ahora es sorprendida por esta visita. Y ambas, cada una de las mujeres, en su lugar, sorprendidas e invitadas a participar de la aventura de ser servidoras del Señor, de los planes de Dios.

Una siendo la madre del precursor, Isabel, madre de Juan. La otra, María Santísima, madre de Cristo el Señor. Y ambas, parientas, entrelazando de nuevo sus vidas, ya no tanto su sangre y sus sueños, cuanto sus vidas mismas porque sirven al Mesías. Una siendo la madre de aquel que lo iba a anunciar. El cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Y otra, siendo la misma madre del mismo Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.

¿Quién soy yo?, es la pregunta que surge del corazón de Ana como ha surgido del corazón de María en el momento de la anunciación. Porque frente a una visita del Señor siempre debe surgir esta pregunta, ¿quién soy como para que esto me esté aconteciendo?

Y siempre la respuesta: aquí estamos para hacer lo que dispones. Ponemos el cuerpo paran hacer lo que dispones.

Que nuestra vida sea por un  lado de dejarnos visitar por el Señor, pero que esas visitas no queden truncas en nuestras razones, motivaciones, edades, planes, sino que rectifiquen y den vida en los sí de Ana en su momento y en el sí de María Santísima.

Que seamos visitados y a su vez seamos visitas para otros.

Que la Virgen Santísima de Luján los bendiga.


N de la R: Hoy, en el aniversario de ordenación del Padre, lo saludamos especialmente desde esta redacción.

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