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Nuestros propósitos

Propósitos no son sino esas actitudes, esos modos, esas metas, diversas situaciones, que podemos proponernos en diversos momentos de nuestra vida. Los hay a muy largo, plazo, a corto plazo o a mediano plazo.

Por ejemplo para esta semana debo necesariamente concluir con tal tarea, no debe terminar el mes sin tal cosa, ó debo llegar a diciembre con tal cosa…

Y al comenzar el año es época de grandes propósitos. Por ejemplo a lo largo del año voy a hacer tal cosa, etcétera.

En muchas oportunidades nos llenamos de propósitos que no cumplimos.

Lamentablemente hay un dicho que reza que tapizado de buenas intenciones y propósitos está el camino que nos lleva a la perdición.

No es cuestión de grandes actitudes o de grandes propósitos, sino pequeñas cosas cumplibles y evaluables, y creo que por aquí esta la clave. Actitudes, hechos, modos, situaciones que puedo cumplir por un lado y evaluar a corto, mediano y largo plazo por otro lado.

Y ¿por qué quiero plantear esto hoy, 1º de junio? Porque hemos llegado a la mitad del año. Seguramente el 31 de diciembre de 2018 o el 1º de enero de 2019 –el año que transitamos– hizo algún tipo de propósito. Y si no lo hizo sería bueno hacerlo ahora.

Es una oportunidad esta para renovar, revisar, hacer una primera gran revisión de esos propósitos de comienzo de año, una renovación de esos propósitos. Ver qué logros, ver en qué hemos fallado. Disfrutar de eso que hemos logrado y ver cómo podemos corregir para conseguir lo que nos habíamos propuesto.

Pero no dejarnos al abandono de decir ya va a haber tiempo. Estamos en sábado y domingo, 1 y 2, mitad de año. Oportunidad propicia para renovar y revisar los propósitos que nos hicimos y que esos propósitos que deben ser cumplibles y posibles de evaluar sean acompañados y bendecidos por la Virgen de Luján María Santísima.

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