Luego de que Jesús ha dado todas las indicaciones, las que venimos reflexionando hace unos días, hoy llegamos al capítulo 10 versículos 33 en adelante, donde Jesús sigue poniendo alguna que otra dificultad o poniéndonos sobre aviso de la dificultad, pero al final dice No teman de nada.
Por un lado nos presenta la dificultad pero continuamente nos dice que tengamos confianza que El está con nosotros. Y al final de esta historia nos dice: Yo los voy a reconocer frente al Padre. Esa es la garantía o el gran premio: ser reconocidos por Jesús.
Cómo cambia la perspectiva de nuestra propia vida en nuestros ámbitos familiares, de pareja, como padres, como hijos, como novios, como estudiantes, como profesionales, cuando frente a una dificultad porque queremos hacer el bien, saber que eso nos va a dar un pasajero disgusto. Pero ser reconocidos por Jesús delante del padre de los Cielos, es algo así como escuchar que El diga: Este me pertenece, es mi hijo, en su vida intentó poner en práctica lo que vos Padre me enviaste a enseñar.
Eso nos debe dar a cada uno de nosotros confianza, fortaleza y ánimo para seguir en el camino.
El gran éxito es ser reconocido frente al Padre de los Cielos.
Que la Virgen Santísima de Luján nos anime a volver a darle valor a esta promesa de Jesús. Si hacemos el intento de llevar adelante en nuestra vida lo enseñado por Jesús, por El vamos a ser reconocidos.
Que ella nos sostenga, nos acompañe y bendiga.