Tras los arduos trabajos de restauración del reloj, en lo alto de la Iglesia San Patricio ya está funcionando nuevamente.
El día sábado 13 de julio, los maestros relojeros Andrés y Tony Trapanotto, y Pedro Narduzzi, finalizaron las tareas de restauración y puesta en funcionamiento del reloj de la Iglesia.
Se cambiaron los cables de los rodillos que soportan las tres pesas de todo el mecanismo: la pesa del rodillo del carrillón, la de la campana mayor que indica la hora en punto, y la del reloj propiamente dicho.
A su vez, el electricista Jorge Daniel cambió el viejo tablero que da electricidad al motor que sube automáticamente las pesas cuando alguna de ellas se queda sin cuerda al tocar el piso. Esto es para que el reloj no detenga su marcha.
También se lubricaron los engranajes, cables y sonajería del mecanismo.
En segundo lugar se sincronizó el carrillón para que suene la melodía correspondiente a cada cuarto de hora, y las campanadas a la hora en punto.
«En los días por venir el reloj seguramente adelante o atrase un poco. Esto es normal hasta que se encuentre la calibración justa para que ande al ritmo adecuado», indicó el padre Tom, con alegría por este avance.