En distintos sectores rurales de Mercedes crece la preocupación por las fumigaciones con agrotóxicos que se realizan periódicamente sin los recaudos necesarios para no afectar a la población que los habita. Pasa que a pesar haber legislación sobre la materia y de carácter bastante permisivo, aun así, quienes fumigan no cumplen con lo establecido en la legislación que regula esa actividad.
Si bien es cierto que los herbicidas utilizados no están prohibidos en el país, no es menos cierto que deben usarse bajo determinadas precauciones para no afectar la salud de la población. A esta altura se conoce que la Organización Mundial de la Salud ha catalogado de cancerígeno al Glifosato, herbicida estrella en los campos argentinos, el que se vende con el nombre comercial de RoundUp.
Los pobladores de las zonas rurales e instituciones preocupadas por la preservación del Medio Ambiente y la salud, han hecho oír sus reclamos en el municipio desde hace ya bastante tiempo y terminaron consiguiendo que algunos concejales atiendan sus reclamos.
Ceferino Costa, concejal del Partido Justicialista de Mercedes, es uno de los que desde el Concejo Deliberante le exigió al Consejo Escolar el análisis de los pozos de agua de las escuelas rurales bajo el supuesto de que estaban contaminados con agrotóxicos. Aseveró que tuvo en sus manos un análisis de agua en la provincia de Santa Fe, en el que en un pozo de una escuela rural, a 52 metros de profundidad estaba contaminado con glifosato.
Costa comentó que “el Ministro Sarquís sacó una Resolución el año pasado en la que anulaba los límites de la fumigación”. Eso le despertó la preocupación por las escuelas rurales, por lo que empezaron a reunirse e hicieron una presentación judicial para dar de baja esa Resolución y se informó a los Concejos Deliberantes de varias ciudades para que adopten la misma actitud.
La Resolución del Ministro eliminaba las zonas de amortiguamiento. Es decir que dejaba sin efecto las distancias hasta donde era posible fumigar, 2000 metros en forma aérea, 100 metros con mosquito y con mochila, casi al borde de zonas pobladas. Bastaba el informe técnico de algún ingeniero agrónomo que lo autorizara y podía fumigarse sin problemas. La presión ejercida por los vecinos y algunos concejales logró que el ministerio diera marcha atrás con esa Resolución.
En febrero de este año lograron ingresar en el Concejo Deliberante un proyecto para modificar la Ordenanza que delimitaba las zonas de amortiguamiento, proponiendo llevar a 1000 metros de distancia las zonas de amortiguamiento de los centros poblados, escuelas rurales, caminos y cauces de agua. Acosta remarca que “el Ejecutivo aún no se ha pronunciado sobre la viabilidad del proyecto y aún no ha emitido su parecer sobre la materia. Hace un mes insistí para que se pronuncien, pero aún no hemos tenido respuesta”.
Sin embargo, se sabe que el INTA produjo informes en los que manifiesta que las moléculas de RoundUp son tan livianas que el viento las puede dispersar a distancias considerables, en algunos casos a más de 1000 metros. Es por eso que se hace imperiosa la modificación planteada.
Uno de los problemas de fondo de esta cuestión, es el desconocimiento de los agricultores sobre la peligrosidad en el uso de estos herbicidas, que son altamente tóxicos. Y que por ahora no están prohibidos en el país, pese a que en muchos países han prohibido su uso por considerarlos altamente peligrosos para la salud humana y la fauna silvestre.
Consultado Acosta sobre los efectos prácticos de las fumigaciones sobre la salud de las personas, dijo que ”es conocido en todo el país el caso de un piloto de avión fumigador, que murió afectado por cáncer. También el caso de una Directora de colegio rural de San Antonio de Areco, que fue fumigada en su colegio y que hace muy poco murió con el mismo diagnóstico”.
Según el Concejal Costa “el Ejecutivo es el encargado de supervisar y controlar el uso de estos herbicidas en la comuna, por medio del Departamento de Medio Ambiente. De momento lo que se sabe es que cuentan con una nómina de fumigadores, pero que no son efectivamente controlados”.
Consultado entonces el Departamento de Medio Ambiente de la Municipalidad de Mercedes sobre las fumigaciones, el Licenciado Juan Cruz Mendía manifestó que la actividad está regida en la comuna por la Ordenanza 6998/2011, modificada por la Ordenanza 7217/2013, la que establece zonas de resguardo, que contemplan establecimientos escolares, cursos de agua, casas aisladas y áreas protegidas.
En el caso de las fumigaciones aéreas está prohibido hacerlas a distancias inferiores a 2 kilómetros. Aplicaciones terrestres a no menos de 500 metros de límites urbanos y con el uso de equipos manuales a 100 metros de las mencionadas zonas de resguardo.
Sin embargo, se reconoce que son múltiples los factores que convergen al aplicar herbicidas, lo que hace que se tornen muy difícil de controlar, principalmente por factores climáticos, lluvias y vientos.
El Departamento realiza una labor de difusión en las escuelas rurales que incluye también a los pobladores, a los que se les recomienda qué hacer ante una fumigación. Por ejemplo se les sugiere “ingresar al edificio para evitar el contacto con las sustancias. Si tienen la posibilidad, irse del lugar. En caso de sufrir algún tipo de sintomatología acudir rápidamente al centro de salud más cercano e informar sobre las fumigaciones a las que se estuvo expuesto”. Finalmente avisar a la policía.
Mendía manifestó que ”el municipio no tiene, según la Ordenanza, poder de contralor, pero que sí cuenta con un registro de aplicadores, a los que les solicita alguna documentación, tales como estar registrado en la AFIP y la Provincia, conocer las instrucciones que otorga el INTA sobre buenas prácticas, además de la obligación de avisar con antelación de dos días a los pobladores aledaños al lugar en donde se va a fumigar, para lo cual se debe firmar un acta”.
El tal sentido, hace apenas unos días la Asamblea Mercedina por la Agroecología denunciaba que «en dos días consecutivos se produjeron en lugares diferentes (en el cuartel 8 y cuartel 12 del Partido de Mercedes) dos aplicaciones de agroquímicos tóxicos. Las mismas fueron realizadas sin el pre-aviso por escrito a los vecinos, se efectuaron con más de 20km/h de viento y no respetando la distancia mínima a casas aisladas y caminos vecinales, tal como prevé la Ordenanza Municipal Nº 6998. En ambos casos los vecinos realizaron las denuncias al Municipio a través de la línea 147 y a la Policía Bonaerense a través del 911. Ya que estas fumigaciones son en terrenos chicos , se realizan rápidamente por lo que resta determinar la identidad de los aplicadores como así también si poseen Registro de Aplicador (Ordenanza Nº 6998), Receta Agronómica o remito de Compra (Ley 10699 Art.8), Seguro de Responsabilidad Civil (Ley 10699 – Decreto Regl. 499/91), etc.”. Todo este accionar pone de manifiesto la falta de control real de esta actividad, sobre la que está comprobada su peligrosidad.
Infobae, acaba de informar el 19 de agosto del 2019 que “la justicia Estadounidense dictaminó que el herbicida RoundUp de Monsanto contribuyó a que una persona enfermara de cáncer”
En el mismo sentido, un jurado de California, EEUU, determinó que el roundup tenía un defecto de diseño y carecía de advertencias sanitarias sobre los riesgos, por lo que también fue acusado de negligencia.
Solo en Estados Unidos, Monsanto enfrenta unos 11.200 juicios por el uso de su herbicida estrella.
Además, Monsanto fue condenada a pagar 81 millones de dólares a un jubilado que sufre de cáncer que fue atribuido al RoundUp herbicida a base de glifosato.
El jurado determinó en las instancias del juicio que Edwin Hardeman fue afectado de modo determinante por el uso de más de 20 años por el uso del RoundUp, período en que fumigó su propiedad.
El cáncer detectado se denomina Linfoma de Hodgkin. Es una enfermedad en la que se forman células malignas (cancerosas) en el sistema linfático y los síntomas en adultos incluyen ganglios linfáticos inflamados, fiebre, sudores nocturnos y pérdida de peso.
El Glifosato es un herbicida de amplio espectro, desarrollado para eliminación de hierbas y de arbustos, en especial los perennes. Es absorbido por las hojas y no por las raíces. Se puede aplicar a las hojas e inyectarse en troncos y tallos, o pulverizarse como herbicida forestal. Es soluble en el agua.