Feliz día hoy, miércoles 4 de septiembre, a todas las personas que realizan el trabajo de secretarios o de secretarias porque se celebra su día.
Hoy estamos invitados a reflexionar el Evangelio de San Lucas, capítulo 4 versículos 38 al 44, donde nos situamos en la casa de Simón Pedro, que Jesús visita y se encuentra con la suegra enferma y Jesús la cura.
Dice el Evangelio que “enseguida de curarla ella se levantó de donde estaba postrada por su enfermedad y se puso a servirlos”. Porque cuando recibimos un beneficio de Dios y somos curados en nuestras dolencias físicas, espirituales, materiales, psicológicas, la respuesta es el servicio, ponernos a servir a otros, para que sean alcanzados por esta curación que viene de Dios, su Palabra, no su “chamuyo”, como decíamos ayer, que da vida en abundancia.
Muchas veces nos enredamos pensando qué podemos hacer para agradecer lo recibido. Está bien encender una vela, llevar una flor… pero las velas se gastan y las flores se marchitan.
Pero si realmente hemos sido sanados como la suegra de Pedro, lo mejor es el servicio. La mejor prueba y agradecimiento es hacer que nuestra vida se convierta en servicio.
Como decía el filósofo Tagore, “quien no vive para servir no sirve para vivir”.
Que una vez sanados de nuestras dolencias nos hagamos servidores de todos. Y que en esto nos acompañe la Santísima Virgen de Luján.