Dentro del calendario católico celebramos una fiesta muy bonita: la de los Santos Ángeles Custodios. Este año no ha tenido lugar el día 29 la Solemnidad de los Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael, pero sí tiene lugar la Fiesta de los Ángeles Custodios. Hacemos referencia y se nos invita a reflexionar el Evangelio de San Mateo, capítulo 18 versículos 1 al 5 y versículo 10, donde Jesús dice No vayan a escandalizar a ninguno de estos niños. Si no cambian y no son como ellos no entrarán en el Reino de los Cielos. Sigue hablando de lo mismo que hablamos el lunes pasado y dice sus ángeles en el Cielo están constantemente en presidencia de mi Padre Celestial.
Pero, ¿esta enseñanza a qué hace referencia? La Iglesia católica desde siempre entiende que entre el Ser puro como es Dios y los seres con materia, alma y cuerpo unidos, nosotros y el resto de la creación, que tenemos materia y forma, existe algo que son espíritus puros, que tienen un principio y no tienen final. Nosotros somos mortales, Dios es eterno. Mientras que el ángel tiene un comienzo y no tiene un final. Y Dios nos ha querido regalar a cada uno de nosotros uno de estos seres para que nos custodie.
Alguno puede pensar que esto es para niños, un cuento de hadas. Pero lo bueno es tener presente que Dios nos ha regalado esta compañía.
Qué bueno es retomar la temática de quién es el más grande. Qué bueno es tener esta confianza del niño y sabiéndonos objeto de la confianza de Dios que nos dio a alguien que nos acompañe y proteja en nuestro andar cotidiano.
Que seamos bendecidos por nuestro ángel de la guardia, y que la Virgen Santísima nos acompañe en todo este día.