El Evangelio de San Lucias capítulo 18 versículos 1 al 8, que se nos invita a reflexionar en este domingo, nos pone como ejemplo, como enseñanza, esta parábola de Jesús, donde el protagonista es un juez al que lo podemos calificar de “corrupto”, porque el Evangelio lo describe como un juez al que no le importaban los hombres y no le temía a Dios.
Había en ese mismo pueblo una viuda que le exigía Justicia. En la cultura oriental y en particular en Israel la viuda al carecer de representación, de quien la defendiese, si no tenía hijos era peor. Entonces Jesús resucita a este joven al que era toca su litera para resucitarlo, porque precisamente quedaba sola esta mujer. Jesús tiene especial misericordia por esta situación social de esta mujer desvalida.
Y este juez es corrupto porque no le hace la justicia que le corresponde sino que quiere que no lo moleste más.
Dice Jesús, nuestra insistencia, de día y de noche, es la que consigue cosas por parte de Dios. Aunque nos haga esperar, les aseguro –dice Jesús– que en un abrir y cerrar de ojos se hará justicia. Y termina preguntándose Jesús si cuando venga el Hijo del Hombre encontrará Fe en la Tierra. ¿Cuando vuelva no nos habremos cansado de pedir?, y ¿nuestros pedidos no son tibios?
La cosa pasa por la insistencia, la actitud es la insistencia y la perseverancia. Si es bueno para nuestra vida, si no nos va a impedir el acceder a la presencia de Dios, El lo va a conceder.
Que la Virgen Santísima de Luján nos acompañe a ser insistentes en nuestra oración y que nuestro pedido sea para a Gloria de Dios.
No deseo terminar el encuentro de este domingo sin recordar que es la Jornada Mundial de Oración por las Misiones, por lo que recordamos a todos los jóvenes y adultos que realizan estas tareas y a todos los que tienen vocación misionera y la ejercen en barrios con sus respectivos párrocos, los que trabajan en ellas. A la misión se reza por ella, se va o se ayuda.
Y por otro lado, es el Día de la Madre. Nuestro saludo a todas las mamás en este día y que la Virgen las bendiga.
Como decimos cada domingo, solos, en compañía de familiares o amigos, pero siempre con Jesús que pasen un buen y bendecido domingo.
La Virgen Santísima de Luján los bendiga.