El Evangelio de hoy miércoles, de Lucas capítulo 17 versículos 11 al 19, nos presenta a Jesús en una escena cotidiana. Jesús de camino, que atraviesa Samaría y Galilea y al entrar a un poblado le salen al encuentro los leprosos, que le dicen “Jesús, maestro, ten compasión de nosotros”.
Por supuesto Jesús envía, tras una oración, que se vayan a confesar ante el sacerdote y en el camino uno de ellos se da cuenta de que está curado y vuelve tras sus pasos al encuentro de Jesús para dar gracias. Y Jesús se sorprende de que solamente uno –y era samaritano, recordemos la enemistad que había entre judíos y samaritanos–, hay vuelto a dar gracias. Y Jesús le dice “Levántate y anda, tu Fe te ha salvado”.
Vemos tres situaciones. Por un lado la petición, pero no cualquiera, sino la de pedir que padezca con nosotros. Jesús ten compasión de mí. Ponernos en el camino porque en el hacer de nuestra vida nos maravilla si nos va sanando. Y cuando nos descubrimos sanados no olvidarnos de dar gracias porque es la Fe la que nos ha movido.
Recordar: el pedido de compasión, el ver cómo se obran milagros en nuestra vida, y la oración de acción de gracias.
Que seamos constantes en nuestros pedidos y también constantes en la acción de gracias.
Que la Virgen de Luján nos acompañe.