Sorprende una multitud que aún no ha tomado conciencia de la gravedad inédita que transitamos y obstaculizan con sus actitudes, la lucha contra el flagelo. Los ejemplos sobran; basta prestar atención a los medios.
Pero lo que resulta inadmisible, son las defecciones, excesos, abusos y hasta exabruptos, de quienes desempeñan funciones públicas, que se muestran como verdaderos inadaptados, en las antípodas de la responsabilidad que sobrellevan.
Esperábamos de ellos, unánimes y edificantes ejemplos y advertimos conductas antisociales, rayanas en supina ignorancia o en perversos egocentrismos.
Por caso los Intendentes que sobreactúan demagógicamente, bloqueando el paso de camiones con alimentos, para demostrar a sus compueblanos cuanto se los cuidan. ¡Por favor!
O el Ministro de Santa Fe que responsabiliza a los «chetos» por la edpidemia, exaltando el resentimiento y la lucha de clases, deshonrando la noble causa en la que todos -en fraternal igualdad-, estamos empeñados.
¡Y por último claro, el caso más patético, por tratarse de quien ejerce la Vice Presidencia de la República, que ante el cerramiento del país, va y viene a su gusto, con la soberbia egoísta que le caracteriza, mientras miles de argentinos permanecen varados en los aeropuertos del mundo!
Y trae a su hija procesada penalmente, después del año sabático en la isla caribeña; quien sin recato, prudencia ni respeto por los argentinos, declara irónicamente, respecto de las estrictas e imprescindibles medidas de prevención que el Presidente ha adoptado, que «no debemos ser paranoicos».
Opino desde una mirada ciudadana que trasciende sectarismos, en tanto supone implícitamente, mi absoluta aprobación a las resoluciones de una gestión, distinta a la de mi filiación cívica.
¡Cómo en las confrontaciones bélicas; hoy todos estamos en la misma trinchera!
¡Pero no todos lo entienden!
(*) El doctor Ariel Dulevich Uzal es mercedino, ex Subsecretario de Turismo de la Nación