La actual coyuntura ha vuelto a despertar el interés de inversores de todo tipo por acciones y activos financieros sólidos para tratar de, o bien resguardar el capital en tiempos difíciles, o en el mejor de los casos tratar de obtener una plusvalía.
Pero debemos tener mucho cuidado, ya que ni todas las acciones son iguales ni para todos los inversores, ni hay una forma única de operar con acciones. Cada sector tiene sus riesgos y beneficios asociados, que deben conocerse en profundidad antes de invertir un solo peso.
Tecnológicas, farmacéuticas, empresas de transporte ¿en qué mercado invertimos?
Antes de nada debemos valorar el momento en el que nos encontramos y cómo se relaciona éste con los precios de las acciones. En un momento como el actual los precios de las empresas farmacéuticas o que se dedican a fabricar o distribuir EPIs pueden experimentar subidas, ¿es el momento ahora de comprar, cuando probablemente se encuentren en un pico coyuntural? Bueno, eso deberá valorarlo cada inversor, pero quizás sea más interesante comprar acciones que hayan caído de forma momentánea pero en las que confiamos que vayan a experimentar una recuperación una vez la situación vuelva a la normalidad. Pero cuidado, que una empresa sufra pérdidas no quiere decir que se vaya a recuperar -podría quebrar arrastrando nuestra inversión-, ni que una empresa crezca quiere decir que vaya a perder valor próximamente.
Como ejemplo de empresa que ha sufrido una fuerte caída, pero que tiene visos de recuperar valor tenemos a la californiana Apple, que alcanzó su mejor cotización histórica en febrero de este mismo año –el 12 de febrero cada acción tenía un valor de 327 dólares– a pesar de que en China la pandemia se encontraba en su momento más crítico. Sin embargo, y con altibajos, durante las cinco semanas siguientes fue sufriendo una considerable pérdida de valor, llegando a valer hasta 100 dólares menos por acción, marcando el 23 de marzo 219 dólares cada una. Bien, desde entonces, y con caídas puntuales, la acción de la compañía californiana ha ido experimentando una revaloración constante, y el 7 de abril la acción valía 269 dólares, es decir, quién hubiese considerado que el 23 de marzo las acciones habían tocado suelo y hubiese comprado para vender apenas dos semanas después, hubiese obtenido un beneficio -impuestos aparte- de 50 dólares.
Ahora bien ¿quién es capaz de predecir con seguridad el comportamiento de un activo en la situación actual? Nadie, ni ahora ni nunca, ya que los mercados financieros tienen la volatilidad como característica principal, que es la fluctuación más o menos pronunciada de los precios de los activos en un periodo de tiempo determinado. Es importante no olvidar que una volatilidad e incertidumbre altas como las actuales pueden suponer un gran riesgo para el capital del inversor o trader. Quienes deseen aprender a negociar con acciones deben saber que tienen más opciones además de la compra/venta clásica, el trading con CFDs.
Negociación clásica en bolsa vs negociación con CFDs
Si no se desea comprar acciones y ser el titular de estas pero se desea operar con ellas, más exactamente con los movimientos de sus precios, se puede optar por el trading de acciones a través de CFDs.
El trading se realiza a través de brókeres online, estos brókeres se denominan market makers, o creadores de mercado, y en ellos el bróker actuará como contraparte del trader, o bien gana uno o bien gana el otro. Para el caso del trading de acciones a través de CFDs se establece un contrato entre el bróker y el trader tomando la diferencia en el precio de una acción al abrir una operación y el precio de la misma al cerrarla -de ahí viene lo de trading de CFD, acrónimo anglosajón que significa contrato por diferencia- y que, utilizando como potenciador el apalancamiento -mecanismo que multiplica el valor de la inversión del trader mediante el uso de crédito o deuda-, solo puede dar como resultado que o bien el bróker o bien el trader gane, pagando una parte a la otra.
El apalancamiento es un instrumento que puede resultar útil para el trader experimentado por la posibilidad que ofrece de obtener beneficios potenciales altos con un capital pequeño, pero que a su vez y por esto mismo tiene asociados unos riesgos muy altos de acelerar el desvanecimiento del capital del trader sumiéndolo en grandes pérdidas. Además, el resultado en caso de pérdidas podría ser el endeudamiento si el bróker que hemos escogido no se hace cargo de ellas, es decir, si el bróker con el que operemos no sigue una política que evite pérdidas por encima del capital depositado por el trader en su cuenta.