Ya antes de que la actual pandemia obligase a tomar medidas de confinamiento extremas –con el lógico varapalo para la economía que han supuesto– la industria del automóvil argentina no estaba viviendo su mejor momento. Seriamente golpeada por la crisis económica, su reestructuración en nuestro país ya se encontraba en el centro del debate, más aún cuando la firma del tratado comercial entre Canadá, EEUU y México había reforzado enormemente el papel de la industria automovilística mexicana en nuestro continente.
Por lo tanto la actual situación de la industria del coche, que solo en marzo ya cayó casi un 40% a nivel mundial y eso es solo el principio, no es el inicio de una crisis en el sector, sino que podría darle la puntilla a una industria que ya necesitaba cambios desde hace bastante tiempo.
Una industria sobredimensionada
Con China, México y EEUU produciendo casi el 50% de todos los automóviles del mundo, las 11 plantas productoras de automóviles del país son demasiadas para el volumen al que puede aspirar nuestra industria según la consultora estratégica Bain & Company -y eso que cuando realizaron el estudio no podían prever la actual crisis-. Sin embargo, sí tuvieron en cuenta la recesión que ya estaba en el horizonte, lo que denominaban “una bomba demográfica” -la caída en picado de los índices de natalidad forzosamente derivará en menos usuarios futuros de automóviles- y la previsible sustitución de los automóviles movidos a base de combustibles fósiles por automóviles eléctricos. Sin duda tres desafíos para nuestra industria automovilística que no necesitaba de la actual crisis para ver peligrar su futuro.
¿Luz al final del túnel?
Aunque las grandes productoras de automóviles ya prevén que las ventas serán a lo sumo la mitad de las efectuadas en el 2019, también esperan volver a abrir sus factorías a mediados de este mes de mayo gracias a la relajación de las medidas de confinamiento que se están dando en nuestro país, en Europa y en Norteamérica.
A pesar de ello el sueño de lograr el millón de patentamientos de momento va quedarse en quimera, ya que la patronal estima que el monto total de patentamientos rondará el cuarto de millón solamente.
¿Invertir en sectores en crisis o moverse a favor de la tendencia?
La lógica de una inversión fructífera nos dice que debemos comprar barato y vender más caro para obtener una plusvalía a nuestro dinero, y no ha habido momento mejor para comprar barato en los parqués bursátiles que el actual. Las acciones de FIAT, que llegaron a caer por debajo de los 6 euros en el peor momento de la pandemia, cotizan a comienzos de mayo ligeramente por encima de los 7,5 euros, cuando el 4 de marzo cotizaban a casi 11 euros y las acciones de Volkswagen, que llegaron a caer por debajo de los 90 euros, cotizan ahora a poco más de 120 euros, cuando en el 4 de marzo valían algo más de 154 euros. Con toda esta información disponible el inversor debe plantearse si es buen momento para comprar respondiendo a las siguientes preguntas ¿la empresa en la que voy a invertir va a crecer en un período de tiempo razonable? ¿O la crisis será demasiado y se llevará por delante a la empresa y de paso mi dinero?
Por otra parte, si creemos que no podremos recuperar lo invertido con intereses pero aún así estamos dispuestos a asumir el riesgo de invertir siempre queda la opción del trading con CFDs, en el cual operaremos con la cotización del activo elegido, en este caso acciones de empresas automovilísticas, siguiendo las variaciones del mercado, abriendo posiciones de venta cuando confiemos en que las acciones van a bajar y de compra cuando creamos que el valor de las acciones va a subir. Esta forma de operar consiste en que en ningún momento poseeremos las acciones y por ello mismo podremos tratar de obtener beneficio aún cuando el valor de las mismas descienda. Sin embargo, el trading de CFDs supone un alto riesgo de grandes pérdidas de capital para el trader porque se utiliza el apalancamiento –que es crédito o deuda que nos presta el bróker- y que sirve para aumentar significativamente el valor de la inversión inicial del trader, multiplicando también las ganancias o pérdidas potenciales por el nivel de apalancamiento utilizado. Si la posibilidad de endeudarse es una preocupación existen brókeres que ofrecen negative balance protection para las cuentas de sus clientes minoristas.
¿Es esta forma de operar garantía de éxito? Ni mucho menos, ya que la mayoría de traders minoristas termina por perder su dinero, pero sí que nos permite operar en mercados deflacionarios.
El trading de CFDs se lleva a cabo en las plataformas de los brókeres online, los cuales suelen ofrecer material formativo para que podamos familiarizarnos con el tipo de operativa que ofrecen. El material está normalmente disponible en sus plataformas y redes sociales -como Facebook o YouTube- e incluso algunos ofrecen material formativo Premium, dependiendo del valor de nuestro depósito.