Denominado originalmente CENS 6, abrió sus puertas en la ciudad de Mercedes, provincia de Buenos Aires, a los treinta y un días del mes de agosto de 1970.
Pero esta no era una institución más: formaba parte de un grupo de tan sólo siete centros que se abrieron en todo el país para impartir educación secundaria a adultos. Quizá hoy esto parezca normal, pero no lo era hace medio siglo. ¿Por qué? Pues porque si alguien abandonaba su secundario o nunca había podido acceder a él, ya no tendría oportunidad de cursarlo. Solamente podría hacerlo como alumno libre, y eso era extremadamente difícil.
De los siete CENTROS EDUCATIVOS DE NIVEL SECUNDARIO (de allí proviene la sigla CENS), cinco de ellos se abrieron en Ciudad de Buenos Aires, uno en Mercedes y el último en La Plata.
Estos Centros formaban parte de un “PLAN MULTINACIONAL DE EDUCACIÓN DEL ADULTO” y fueron traídos a la Argentina mediante un convenio entre la OEA y el Ministerio de Cultura y Educación de la Nación. Formaban parte de un “PROGRAMA REGIONAL DE DESARROLLO EDUCATIVO”.
Estos CENS tenían que estar apoyados por SINDICATOS que debían suscribir convenios con el Ministerio de Educación, ya que esos CENS se dedicarían a dar formación a sus agremiados. Es por eso que en nuestra ciudad, el SINDICATO DE LUZ Y FUERZA se hizo cargo del desafío y brindó una TRASCENDENTE COLABORACIÓN A LA EDUCACIÓN MERCEDINA.
Inicialmente concebida como una experiencia cerrada, se decidió su continuidad, en 1973, luego de la evaluación del ciclo.
La organización y planes de estudio
En primer lugar, el CENS tenía un DIRECTOR, UNA SECRETARIA, PERSONAL DOCENTE y UN PLAN DE ESTUDIOS. En este último aspecto, importaba FIJAR UNA ESPECIALIDAD: La del CENS 6 fue originalmente la de “Perito Comercial Especializado en Impuestos”.
Pero lo novedoso fue que la duración de estos secundarios ERA DE SÓLO TRES AÑOS en lugar de los cinco del bachillerato tradicional.
Cada materia tenía, al terminar el cuatrimestre, UN PERÍODO DE NIVELACIÓN, REPASO Y LUEGO EXAMEN. Durante el cuatrimestre, los alumnos tenían evaluaciones normales –orales y escritas– de las que se obtenía un promedio; esa nota se promediaba con la del examen (salvo desaprobación). Casi todas las materias eran anuales y la aprobación se lograba con 6 (seis) puntos.
Como se ve, un sistema de bastante exigencia, ya que en el secundario común de aquella época, no existían exámenes obligatorios anuales y/o cuatrimestrales (sólo los hubo en las materias que el ministerio designaba, en ciertos períodos gubernamentales).
Los alumnos podían pedir, en caso de dificultad, clases de refuerzo, las que se daban normalmente los sábados, casi siempre por la tarde. Durante la semana, las clases se dictaban de 19:00 a 22:00.
El equipamiento
Todo el equipamiento en aquel 1970 consistía en una fotocopiadora (un lujo en la época) y un mimeógrafo (que funcionó al menos dos décadas en nuestro CENS), un grabador para idiomas y varias cajas de experimentación, de origen español (cajas BIM) para Física, Química y Ciencias Naturales (en este último caso se destacaba un microscopio “Meopta” que inclusive se usó en Matemática para enseñar a los alumnos a medir objetos microscópicos basados en la idea de semejanza y proporcionalidad).
Equipamientos posteriores acompañaron a cada una de las resoluciones posteriores. Y así aparecieron LA BIBLIOTECA, EL GABINETE DE COMPUTACIÓN, LA CONEXIÓN DE INTERNET y RECURSOS TECNOLÓGICOS PARA SECRETARÍA.
Tema aparte: la sede
Dadas las características del convenio, el ministerio no nos dio una sede, es decir un edificio. Por ese motivo, hemos sido “nómades” durante décadas:
- Nuestra primera sede, sólo por pocas semanas fue la antigua casa del Sindicato de Luz y Fuerza, sita en calle 23 entre 14 y 12.
- Luego, la vieja casona que poseía el sindicato en la esquina de calles 25 y 16 (donde hoy está su moderno edificio). Allí estuvimos hasta 1973.
- Como Luz y Fuerza comenzó a construir su edificio en ese predio, migramos al Colegio Nacional “Florentino Ameghino” hasta 1989, época en la cual, por expansión de la matrícula, debimos trasladarnos nuevamente.
- Esta vez fue la Escuela de Educación Técnica 1 (Escuela Industrial), gracias a la paciencia de las autoridades, encabezada en aquella época por la Ingeniera Química Albertina Marcelli.
- Primeramente, ocupamos el viejo edificio de calle 6 y luego, pasamos al principal, sobre calle 31. A partir del año 2000, la expansión de nuestra matrícula y la creación de un nuevo Bachillerato (orientado en Salud) nos obligó a buscar una ubicación con mayor disponibilidad de aulas.
Fue entonces -corría 2005-, cuando gracias a la buena voluntad del Director de la ENET Nº 1, Sr. Jorge Anicelli, obtuvimos la cesión de la vieja casona donde había funcionado otrora la primigenia Sociedad Rural y luego, la Escuela de Artes y Oficios, en calle 6 entre 35 y 31.
Párrafo aparte merece la experiencia educativa de aquella instancia
Es importante hacer notar que vivimos una intensa relación de amor con el predio mencionado. Logramos RECICLARLO, CUIDARLO, RESPETARLO, ESTAR ORGULLOSOS DE SER SUS CUSTODIOS y con ayuda del Consejo Escolar DOTARLO DE CALEFACCIÓN, lo que nos hizo más fácil el trabajo en invierno. La gran mentora y diseñadora de estas acciones fue la entonces directora, Mónica Liliana Tirone. Los ejecutores, ALUMNOS –incluidos sus familiares– Y NO POCOS PROFESORES quienes –con el Profesor Luis Zuffo a la cabeza– durante varios meses sacrificaron sus fines de semana para lograr tan trascendental logro CASI SIN DINERO (el poco que se usó pertenecía a la Cooperadora del CENS). Es decir que técnicamente hablando, la tarea se hizo SIN PRESUPUESTO ASIGNADO.
- Con el pasar de los años, seguimos en esa locación hasta que en 2015, por desperfectos en el edificio, la institución debió trasladarse al edificio de la Escuela Nº 2.
El componente destacado de este CENS lo constituye su capital humano. No por cantidad, ya que nuestra planta de personal, en sus orígenes y hasta bien avanzado el siglo XXI, constaba solamente de un DIRECTOR, una SECRETARIA y el CUERPO DOCENTE.
En las primeras etapas, éramos pocos integrantes, pero estábamos sujetos a requerimientos varios, ya que formábamos parte de una EXPERIENCIA EDUCATIVA:
- Tareas docentes clásicas (dar clases y asistir a reuniones internas).
- Preparar apuntes, ya que no existían textos para esta especialidad.
- Una vez al mes, debíamos acudir a reuniones evaluativas en Ciudad de Buenos Aires, en la sede de la DIRECCIÓN NACIONAL DE EDUCACIÓN DEL ADULTO (en avenida Belgrano 637). Normalmente se hacían los sábados por la mañana.
- Preparar el informe mensual requerido para las reuniones mencionadas (Esto se hizo en la primera parte de la experiencia).
Nuestro primer director:
El Ingeniero Fernando Ramón Lubo (1970 – 1973). A él le cupo la ingente tarea de organizar desde el punto cero la institución, convocar al cuerpo docente y sentar las bases de esa “gran familia” que es el CENS, o simplemente “DINEA”, como se lo conocía en la comunidad.
Los siguientes directores fueron:
- Juan Antonio Cangelosi (1973 – 1984) – Fallecido en ejercicio del cargo.
- José María Gioscio (1984 – 1994) – Fallecido en ejercicio del cargo.
- Carlos Pérez (1994 – 2000) – Se acogió a los beneficios de la jubilación.
- Mónica Tirone (2000 – 2011) – Hasta su jubilación.
- Los más recientes: Daniela Firpo; Susana Morini; Profesor Ponti (en la actualidad).
Algo para destacar en este rubro es que desde su creación y hasta el traspaso a la órbita de la Dirección General de Escuelas de la Provincia de Buenos Aires, el Director era elegido por consenso del cuerpo de profesores: una práctica verdaderamente democrática, cargada de responsabilidad profesional. Así se procedió con los tres Directores que siguieron al Ingeniero Lubo y fue a partir del año 2000 cuando el cargo fue cubierto por los mecanismos de evaluación vigentes en la Jurisdicción.
Profesores y alumnos
El trato fue desde un principio de igualdad, respeto mutuo y sinceridad ante las más variadas situaciones. Esta era, especialmente en los inicios, una característica de la cual los demás secundarios carecían.
No pocos encuentros en fechas patrias, fiestas de fin de curso, algún partido de fútbol, visitas a establecimientos de la familia de un alumno/a, viajes a la Feria del Libro, visitas a fábricas o al Observatorio Astronómico Municipal, Jornadas para la observación del Cometa Halley (en aquél lejano 1986)… siempre estuvieron teñidos de una camaradería inigualable.
Ni qué decir de alumnos que, luego de una o dos décadas de interrupción de sus estudios, volvían para completarlos: a todos se los recibía como si se hubieran ido la semana anterior. Y nunca se han retirado decepcionados. Siempre estuvimos para resolver sus problemas. Siempre se podía buscar en los archivos, programas, ejercicios y hasta evaluaciones de las materias adeudadas, para prepararles modelos de repaso y recapitulación.
No es raro encontrarnos con ex alumnos que recuerdan sus épocas de cursada, las anécdotas y las experiencias pedagógicas innovadoras llevadas a cabo. Es inigualable el agradecimiento que recibimos los docentes, por los momentos vividos. Muchos de ellos son hoy empleados de empresas privadas y estatales, y algunos han seguido carreras terciarias o universitarias y son profesionales. No pocos de ellos ya están jubilados….. ¡Cuántos años han pasado!
La zona de influencia del CENS
Aunque originalmente estaba limitada a nuestra ciudad, con el correr de los años se fue ampliando, especialmente por la creación de nuevos CENS en localidades del interior y así, en la época de la dirección de Mónica Tirone, nuestro centro debió hacerse cargo de implementar la Modalidad Semipresencial en distintas sedes:
- Con actividad los sábados, en la sede de calle 6, entre 31 y 35.
- Los Centros Rurales: Gowland, Altamira y Goldney.
- Centros fuera del distrito escolar: Chivilcoy, Pehuajó, San Andrés de Giles, Carlos Tejedor ,General Villegas y Trenque Lauquen.
Aclaración: Tanto la Sra. Directora Mónica Tirone como la secretaria, Liliana Vidal (egresada nuestra), recibían la documentación de todos estos centros y tenían que encargarse de las liquidaciones de sueldos, licencias, gestión de títulos y cuestiones de altas y bajas del personal. Muchos fines de semana estaban abocadas a esta notable sobrecarga de funciones por las cuales NO RECIBÍAN NINGUNA COMPENSACIÓN EXTRA.
Prácticas que orientaron nuestra acción
- Vivir al CENS como una gran familia.
- Enfrentar las situaciones para crecer:
- El Proyecto de Remodelación con ayuda de alumnos y profesores (en 2005, ya mencionado).
- Dar un nombre al CENS: Por elección unánime, se eligió “Profesor Juan Antonio Cangelosi”, nuestro director que desapareciera trágicamente junto a su esposa y uno de sus hijos en 1984. Se hizo en tiempo y forma, respetando los diez años de espera, según marca la normativa nacional, luego de presentado el proyecto correspondiente. Fue una verdadera fiesta la ceremonia de colocación del nombre, celebrada en el ex cine Español de nuestra ciudad, a la asistieron autoridades de jurisdicción nacional, provincial y municipal, educativas y de otras órbitas, amigos, compañeros y vecinos del querido docente fallecido, y familiares del Prof. Cangelosi, especialmente sus hijos, adolescentes y niños aún.
- Lucha por la instalación del gas en el CENS (Nuestra directora, Mónica, la artífice)
- Nuestro slogan: “MEJOR ES SABER” , guía rectora de nuestra comunidad (De nuestro director, Carlos Pérez)
- Uso de calculadoras científicas -cuando recién se incorporaron al mercado- en el CENS, para los alumnos de menores recursos (promotor: Carlos Pérez). La particularidad: Las calculadoras se prestaban como si fuesen libros, para que los alumnos pudiesen usarlas en sus domicilios y prepararse para sus evaluaciones. Llegamos a tener 35 unidades. Era obligatorio que aprendieran además a usar los manuales, que podían utilizar libremente, aun en las evaluaciones (Pero debían escribir las secuencias de teclas empleadas para obtener los resultados)
- La escuela abierta al mundo (a través de variadas prácticas pedagógicas).
- Proyecto de TEATRO (Daniela Firpo): Con participación de los alumnos, que ensayaban fuera del horario de clase. Se representaron varias obras, con gran beneplácito de sus compañeros y espectadores ajenos a nuestro CENS.
- Proyecto huerta: A cargo de la profesora de biología, Elena López.
Este 2020 comenzó con una pandemia (virus SARS-CoV-2) que movió al gobierno argentino a decretar un “período de aislamiento obligatorio” que aún está vigente y ha incluido la SUSPENSIÓN DE CLASES EN TODOS LOS NIVELES ESCOLARES.
De modo que no se ha podido preparar ningún acto, ni ceremonia, ni fiesta conmemorativa del 50º aniversario del CENS 451 “Profesor Juan Antonio Cangelosi”, celebraciones que, sin duda, eran muy esperadas por quienes fuimos docentes, directivos y alumnado tan numeroso.
Digamos, a modo de “final de relato”, que hoy, más que nunca, este CENS 451, inicialmente CENS 6, cumple un papel clave en la preparación de los adultos para incorporarse al mundo del trabajo y/o de los estudios terciarios, cada día más necesarios para el futuro de nuestra amada REPÚBLICA ARGENTINA.
Esta nota forma parte de una serie que se publica con motivo del 50 Aniversario del CENS 451 – ex DINEA