Por Miguel Ángel López
Luego de trece años de haber completado mi ciclo primario, tuve la oportunidad de acceder a los estudios secundarios en el CENS N°6. Para entonces era algo que anhelaba, como parte de mi formación.
Al ingresar con una intriga ansiosa, se iniciaron las primeras clases. Un universo de nuevos conocimientos, la integración a un conjunto de adultos, todos con un nuevo objetivo: su título secundario.
Fueron tres años de esfuerzo en los que aprendimos a explorar nuestras capacidades para obtener los resultados tan ansiados.
De allí, de ese esfuerzo, surgía una nueva persona. Como resultado había logrado un repertorio de nuevas ideas en general, que consideraba herramienta indispensable, para un pensamiento propio, que de hecho, siempre otorga más libertad a los individuos.
Fueron tres años de esfuerzo en los que aprendimos a explorar nuestras capacidades para obtener los resultados tan ansiados.
Debemos agradecer al Sindicato de Luz y Fuerza, auspiciante en los comienzos del CENS N°6. Al cuerpo docente, que en todos esos años, ha puesto lo mejor de sí, para adaptarse a la educación de los adultos. A ellos, mi más enaltecido agradecimiento.
Luego tuve la suerte de trabajar como Secretario, en un largo período, y hacer muy buenos amigos. Y el privilegio de conocer a ese hombre extraordinario como docente y como ser humano cuyo nombre lleva hoy el CENS ,»Juan Antonio Cangelosi» .
Miguel Ángel López, ex alumno de la segunda promoción y segundo Secretario del CENS Nº6.
Esta nota forma parte de una serie que se publica con motivo del 50 Aniversario del CENS 451 – ex DINEA