Hace unos días se ha dado a conocer por parte de Organización Mundial de la Salud (OMS) un estudio surgido de un grupo de expertos independientes que esta misma institución contrató, para averiguar el origen de la pandemia que generó el Covid-19.
El estudio no arrojó certezas, ni siquiera algún dato que permitiera esbozar un panorama que posibilite arrimarse a desentrañar el verdadero origen del Covid-19.
Sin embargo, el resultado del estudio es esclarecedor en cuanto a que la pandemia podría haberse evitado y que los efectos devastadores que ha causado hasta ahora –según los expertos– se asimilan a un “estallido nuclear”, por el que han perdido la vida casi 3,5 millones de personas en todo el mundo.
Se desprende del informe que hubo errores de evaluación y descoordinación en los sistemas de vigilancia, si es que existían. Aseguraron que la catástrofe se desató debido “a una gran cantidad de fracasos, lagunas y retrasos en la preparación y la respuesta”.
El grupo de estudiosos contratados por la OMS demoró en expedirse ocho meses y el requerimiento de sus servicios respondió directamente a un pedido del propio Director General de la institución mundial de salud. El objetivo esencial respondía a dar respuesta a una gran cantidad de críticas por la demora en declarar el estado de emergencia sanitaria mundial, cuestión que hubiera permitido aminorar y poner bajo control la propagación del virus.
Aseguraron que la catástrofe se desató debido “a una gran cantidad de fracasos, lagunas y retrasos en la preparación y la respuesta”.
El cúmulo de críticas recibidas versaban sobre si el primer contagiado concurrió a la consulta el 9 de diciembre de 2019, y para el 30 del mismo mes la infección se tornaba sorprendentemente incontrolable. No se actuó con la premura que el caso ameritaba, aun cuando desde Wuhan, China, ya habían avisado.
Por otra parte, no fue hasta el 30 de enero de 2020 que la OMS declaró la emergencia de salud pública de alcance internacional, dando cuenta que en Wuhan se estaba frente a un foco epidémico de neumonía de origen desconocido y altamente contagioso.
El estudio concluye recomendando formas de evitar que se repita este tipo de hecatombe sanitaria, por lo que propone la creación de un Consejo Mundial de Lucha contra las Amenazas Sanitarias, y también un Sistema Mundial de Vigilancia manejado por la OMS. Además de un sistema de información y comunicación, que libere a la institución sanitaria de esperar la aprobación de los países miembros para emitir comunicados de emergencias sanitarias.
En el mismo sentido, Noticias Mercedinas publicaba en su columna de Medio Ambiente, el 27 de febrero de 2021, sobre posibles formas de evitar que se repita un nuevo foco infeccioso de alcance mundial. Alertaba, además, sobre la peligrosidad, la forma de gestionar y disposición final de los desechos biomédicos y sanitarios emanados de la pandemia.
Según los expertos, la velocidad de la circulación de bienes y personas en el mundo ha alcanzado niveles inusitados y fue lo que en definitiva diseminó el contagio por todo el planeta, rebasando todos los sistemas de control.
En lo que los expertos se han puesto de acuerdo hasta ahora, es en la prevención. Eso implica escudriñar las complejas interconexiones entre las especies, los ecosistemas y la sociedad humana.
Prevenir pandemias es menos costoso que combatirlas.