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Militantes de derechos humanos repudian “persecución a docentes”

Desde agrupaciones de Derechos Humanos como son la Comisión de Familiares y Amigos de Detenidos-Desaparecidos por la Dictadura Cívico-Militar, la Mesa Local de la Memoria y la Coordinación de Derechos Humanos de la Municipalidad de Mercedes expresaron mediante un comunicado su repudio a lo que consideraron actitudes persecutorias a docentes.

En este sentido el texto que dieron a conocer y que menciona a integrantes de la fuerza política Juntos por el Cambio es el siguiente:

Repudio persecución docente

La Comisión de Familiares y Amigos de Detenidos-Desaparecidos por la Dictadura Cívico-Militar, la Mesa Local de la Memoria y la Coordinación de Derechos Humanos de la Municipalidad de Mercedes repudia el acto de persecución hacia docentes de nuestra comunidad perpetrado días pasados por el Consejero Escolar Daniel Ivaldis y la Concejala Débora Lacasa, ambos de la alianza Juntos por el Cambio, quienes se apersonaron en Jefatura distrital con el objeto de manifestar a las autoridades educativas locales su “preocupación” por lo que autodenominaron “adoctrinamiento” por parte de docentes de una escuela hacia sus estudiantes sin contar con denuncia ni documentación alguna que respalde sus dichos, instalando la difamación, la estigmatización y la discriminación hacia una escuela y sus docentes ante la opinión pública a traes de un comunicado de prensa que invoca la búsqueda de una supuesta “ecuanimidad” a la hora de abordar la última dictadura cívico-militar.

Este tipo de discursos se fundamentan en la teoría de los dos demonios constituyen la antesala del negacionismo promovido por el espacio político al que pertenecen, cuyo objetivo es desprestigiar y desarticular las luchas colectivas por Memoria, Verdad y Justicia. Este tipo de acciones son absolutamente antidemocráticas por su carácter de vigilancia, control y persecución ideológica que nos retrotrae a lo peor del Estado terrorista argentino.

Hace algunos años, en una investigación realizada por un grupo de estudiantes de nuestra ciudad en el marco del Programa Jóvenes y Memoria de la Comisión Provincial por la Memoria, reprodujeron en su libro “Aquellas semillas rojas, escritos de nuestro pasado reciente,” un relato publicado en un diario local por un sacerdote mercedino en diciembre de 1975. En una especie de fábula se hacía referencia con diferentes simbologías a determinadas personas de nuestra comunidad a las que se identificaba con la ideología marxista.  En el mismo año cesanteaban a docentes del Colegio Parroquial por los mismos motivos, pero denunciados por anónimos.  Luego del golpe del 24 de marzo de 1976 desaparecerían y asesinarían a 23 mercedinos, en tanto cerca de 900 conciudadanos serían víctimas de secuestros, torturas, reclusión en centros clandestinos de detención,  apropiación de niños, privación ilegítima de la libertad, prisión política, exilio, libertad vigilada o bajo amenaza, control y persecución social, ideológica o política, despido o persecución laboral.

En 1977 el Ministerio de Educación de la Nación de la dictadura publicó un documento denominado “La subversión en el ámbito educativo, conozcamos a nuestro enemigo,” en el que se afirmaba que “el accionar subversivo se desarrolla a través de los maestros que inciden sobre las mentes de los pequeños alumnos,” y se fomentaba la delación y denuncias entre docentes, estudiantes, directivos y familias, promoviendo un silenciamiento sobre el genocidio perpetrado que llevó años de luchas desarticular.

Acciones como las llevadas a cabo por la concejala y el consejero de Juntos por el Cambio se condicen con su condición de dirigentes de ese espacio político. Basta recordar la intentona de la Corte macrista del 2X1 a genocidas, las domiciliarias otorgadas durante la gestión Macri a genocidas con condena firme por crímenes de lesa humanidad, la persecución a docentes y el silenciamiento impuesto en las escuelas ante la desaparición forzada de Santiago Maldonado en la Gestión Vidal.

Este tipo de acciones generan violencia simbólica, un tipo de violencia sutil, pero a la vez ilegítima, injusta y condenable, que intenta difamar para destruir al otro que piensa diferente a través del desprestigio. Una forma de violencia que, por lo irracional, debería estar lejos de personas con responsabilidad institucional. La intención, aunque oculta, es más que clara: marginar al otro ideológica y políticamente, silenciarlo, disciplinarlo, coartarle la libertad y el pensamiento crítico, aislarlo de la sociedad, fomentar la duda sobre su persona, que se sospeche de tal o cual docente, que los estudiantes y los padres los denuncien. Para finalmente vivir en una sociedad de vigilancia y control social. Todo lo contrario a un Estado de Derecho.

Por todo esto los organismos de Derechos Humanos redoblemos la lucha y no claudicamos. Manifestamos nuestro absoluto apoyo a las y los docentes comprometidos con la Memoria, la Verdad y la Justicia. Sostenemos que no hay democracia sin Derechos Humanos. NUESTROS DESAPARECIDOS SON 30.000. DICTADURA NUNCA MÁS. JUICIO Y CASTIGO.  TODOS LOS GENOCIDAS EN CÁRCEL COMÚN Y RESTITUCIÓN DE LA IDENTIDAD A TODAS LAS NIÑAS Y NIÑOS APROPIADOS DURANTE EL ESTADO TERRORISTA.

Comisión de Familiares y Amigos de Detenidos-Desaparecidos por la Dictadura Cívico-Militar,
Mesa Local de la Memoria.
Coordinación de Derechos Humanos de la Municipalidad de Mercedes

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