Ante un templo repleto de fieles, se celebró este domingo, en un contexto especial que se vive a nivel social en la Argentina, una Misa por la Paz de la Patria, en la Basílica de Luján.
El Arzobispo de Mercedes Luján, Jorge Eduardo Scheinig, celebró la Misa por la Paz de la Patria este domingo 4 de septiembre en la Basílica de Nuestra Señora de Luján., junto a Monseñor Ariel Torrado Mosconi, Obispo de Nueve de Julio, los Vicarios Generales de la Arquidiócesis, Presbíteros Lucas Figueroa y Daniel Guerra, y sacerdotes del Santuario de Luján.
Hubo una multitud de peregrinos presentes y estuvieron quienes se unieron a través de los canales digitales.
«Aquí estamos en casa, nadie es sacado ni maltratado en este lugar», dijo Scheinig.
«Nosotros tenemos una actitud de paz y nos reconocemos hijos, hijas, hermanos. Nadie en la patria debe sentir que no es su lugar ni debe sentirse maltratado. Nadie debe maltratar», agregó y reconoció que «estamos cansados, hay cansancio, agobio, angustia, miedos».
«Nos estamos dañando seriamente y hay que pararlo ya», dijo y llamó a frenar el «clima de desencuentro, enemistad y odio».
«El clima de desencuentro y enemistad hace daño, va cargando el corazón de un sentimiento negativo, que genera violencia, de palabras, de gestos, violencia de acciones. Y todos sabemos que la violencia genera mas violencia y es un espiral que no sabemos donde y cuando termina», reflexionó ante los fieles el arzobispo Scheinig. «Esto genera mucho daño, nos estamos dañando seriamente y hay que pararlo ya”, dijo y llamó a frenar el “clima de desencuentro, enemistad y odio”.
«El pueblo argentino en su inmensa mayoría es un pueblo de paz, que tiene mucha paciencia, está soportando un tiempo difícil, con paciencia y con paz, pero le cabe a la dirigencia de este país en todas sus dimensiones y lugares, le cabe a los que tenemos responsabilidades en los distintos espacios de la patria, a los comunicadores le cabe más responsabilidad para generar la paz. Y esto requiere de mucha oración», sentenció en su homilía el prelado.
«Hay males que están tan enquistados que hace falta mucha oración”, insistió luego y llamó a «sentirse comprometidos a rezar por la paz de nuestra patria» a la vez que señaló que «necesitamos un cambio de conducta, de comportamiento», porque «la paz es de Dios y también es una tarea nuestra, y no da lo mismo vivir de una manera que de otra».
La ceremonia se dio en un momento muy especial, a poco de haberse intentado cometer en este país un asesinato de magnitud como fue el intento de matar a la vicepresidenta Cristina Fernández, el pasado jueves por la noche.
Al final de la Eucaristía, el Padre Obispo Jorge Eduardo guió la oración a María de Luján con tres Avemarías y Monseñor Torrado Mosconi hizo lo propio con la oración por la Patria.