Comienzan las clases y con ellas la ilusión de muchos para comenzar su primer año o por la vuelta al colegio luego de las vacaciones.
Para los padres el inicio del ciclo lectivo debería también poder ser compartir la ilusión de sus hijos, pero se convierte en angustia y decepción cuando se enfrentan a los gastos que demanda equipar a sus hijos para el año escolar. Esto se debe a la inflación que azota día a día a todos y a todas las argentinas.
Para los padres el inicio del ciclo lectivo debería también poder ser compartir la ilusión de sus hijos, pero se convierte en angustia y decepción cuando se enfrentan a los gastos que demanda equipar a sus hijos para el año escolar
Según los datos proporcionados por el Indec la inflación de enero 2022 a enero 2023 fue del 98%, sí leyeron bien, NOVENTA Y OCHO POR CIENTO, algo realmente desolador, aunque el oficialismo festeje como un gran éxito no haber llegado a los tres dígitos. Pero lo que verdaderamente nos preocupa es que si observamos detenidamente para los productos de la canasta escolar la inflación fue del 150%.
Un guardapolvo, una mochila básica y la lista de 21 útiles cuestan desde $17.700, eso es por cada alumno. ¿Cómo hacen las familias para enviar los chicos a la escuela con estos datos? Las familias no quieren que les regalen los útiles y los estigmaticen, solo quieren poder llegar a fin de mes y ser ellos los dueños de comprar a su elección. La dignidad y el orgullo de poder llevar los chicos a clase.
Una parte del país cree que quienes nos están hundiendo en esta situación hoy, como Cristina Fernández y Wado de Pedro, mañana van a ser capaces de sacarnos
La crisis sigue golpeando y el ministro de Economía que no encuentra la vuelta. Una parte del país cree que quienes nos están hundiendo en esta situación hoy, como Cristina Fernández y Wado de Pedro, mañana van a ser capaces de sacarnos, y mientras tanto el país es cada vez más desigual, con las políticas educativas de pasen todos sin repetir, sin exigencias y sacándoles a los jóvenes todas las herramientas para reaprender si necesitan lo que no pudieron el año anterior, creamos un país cada vez más desigual. «La educación nos iguala», o como decía Tomas Bulat, «estudiar es el acto de mayor rebeldía de un pobre».
Y hoy, el kirchnerismo de la mano de Alberto Fernández, nos está robando el futuro, le están robando la dignidad a familias que no pueden decidir entre comprar útiles escolares o un poco de carne para la olla…
En relación al salario mínimo vital y móvil, solo alcanzaría para 3 canastas de útiles escolares.
¿Qué hacemos con esto?, debemos trabajar fuertemente para que nadie este afuera de las aulas, generar empleo genuino y sacar el IVA a productos de la canasta escolar porque la educación es una inversión y no un negocio.
Daniel Avelar es militante de la Unión Cívica Radical de Mercedes