La tecnología ya está al alcance de la mano desde hace tiempo. El confinamiento que debimos padecer y someternos casi que obligó a implementar nuevas formas de comunicación.
Fue Julio Fraomeni, desde su lugar de empresario y médico, quien se hizo cargo del asunto y habilitó a que el equipo médico (que conforma el sistema de salud Galeno) diera un giro y comience con la atención en línea.
El aporte de una videollamada
Cabe aclarar que la prepaga ya la había incorporado un tiempo atrás, pero la misma obligatoriedad de la pandemia la hizo tomar mayor presencia.
La telemedicina es una herramienta realmente sorprendente. ¿Alguien se imaginó que esto podría ser posible?, ¿llamar a un médico y que atienda por medio de una pantalla?
La atención virtual pasó a formar parte de nuestro día a día ayudando a ahorrar tiempo.
El médico es llamado por una consulta y su rostro y voz están prontos del otro lado para resolver tranquilizar, diagnosticar o recetar si así lo necesitase el paciente.
Otra de las funcionalidades es que en muchos casos se lleva a cabo un seguimiento de alguna patología o bien se pueden leer resultados de análisis o estudios clínicos sin necesidad de asistir al consultorio.
Lo relevante y fundamental tiene su espacio en esta modalidad. Es menester que todo aquel que haga uso de esta metodología sepa que las consultas médicas son de carácter primario. Es decir, se trata de la atención primaria de la salud y no de situaciones de gravedad.
Las urgencias médicas no deben ni pueden ser atendidas por este medio. Para esos casos se recomienda asistir a un centro médico de manera personal.
A veces un diagnóstico precoz y su posterior derivación al especialista hace que se descubra una enfermedad. En muchos casos una consulta o una simple inquietud por videollamada es dar un paso enorme en el tiempo.