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Vecino encontró una yarará en el portón de su casa en barrio Favaloro

Cerca de las 14.00 horas de este lunes y tras una tormenta que duró toda la noche y hasta entada la mañana, un vecino del barrio Favaloro encontró una serpiente yarará en el portón de su casa.

La yarará o víbora de la cruz (Bothrops alternatus) es una especie de serpiente venenosa de la subfamilia Crotalinae, endémica de Brasil, Argentina, Bolivia, Paraguay y Uruguay. Las mordeduras de serpiente de su especie son muy peligrosas.

El inusual hecho sucedió en la calle 41 entre 132 y 134. “Justo estaba por salir a abrir el portón y el animal estaba debajo. Era una yarará”, contó el vecino Luis Guillermo Scarelli quien, explicó inmediatamente llamó al 147 “a ver si tenían a alguien que se dedicara al manejo de ofidios, pero no había nadie”.

“Luego llamé a Bomberos y me atendieron muy amablemente. Yo no quería matarla, viví en Entre Ríos y allí hay dos épocas: la del alacrán y la de la yarará, y uno llama y los bomberos que se dedican a eso, la llevan para el banco de venenos para hacer sueros. Pero acá en Mercedes eso no existe, y como no hubo otro remedio tuve que matarla”, explicó Scarelli. “Cuando es chiquita tiene más veneno que la grande”, amplió sobre la serpiente que halló y estimó sería de unos 25 centímetros.

“Es la primera vez que me encuentro una y la veo en Mercedes. Avisé en el grupo del whats app del barrio para que tengan cuidado por los nenes más que nada”

“Es la primera vez que me encuentro una y la veo en Mercedes. Avisé en el grupo del whats app del barrio para que tengan cuidado por los nenes más que nada”, indicó luego este vecino del Barrio Favaloro, de 59 años.

“Este tipo de animales salen con el calor”, planteó. “Pudo haber sucedido que la arrastró el agua de la lluvia y ha buscado el calor en el cemento que yo tengo. No vimos otras similares, ya que dimos una vuelta con unos amigos que justo estaban en casa comiendo pero no encontramos más”, agregó Scarelli, quien vive a cuatro cuadras de Acceso Sur, por lo que otra posibilidad es que la pequeña yarará podría haberse caído de algún camión.

“Cuando era chico y el FFCC Trocha andaba y traía madera decían que caían del tren y por eso había por esa zona. Ahora hace años que no anda el tren y no hay más víboras. La gente de la Municipalidad tuvo muy buena predisposición y como siempre con los bomberos hay que sacarse el sombrero: es una profesión muy altruista, siempre están al pie del cañón. Se portaron muy bien, pero no hubo mucho que hacer y debí matarla”, completó.

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