Hace muy poco se presentó y salió a la venta el libro “Dislexia: adecuar para aprender en equidad”, publicado por la editorial Bonum escrito por dos profesionales de la educación como son la mercedina Dolores Bereterbide y su colega Marta Braylan, en el que brindan herramientas para docentes y padres, luego de más de 20 años de investigación.
Una de las autoras del libro, la profesora Dolores Bereterbide, fue entrevistada por este medio para conocer más sobre la actividad que realiza y el camino recorrido para llegar a esta última publicación que, anticipó, se presentará en breve en Mercedes.
“Se está buscando una fecha para presentar el libro en la ciudad de Mercedes, antes de fin de año”, dijo a Noticias Mercedinas, sobre este libro que tiene como objetivo explorar las dificultades específicas que presentan las personas con dislexia y la manera en que podemos intervenir a través de la observación y la anticipación.
■ ¿Cómo llegás a escribir sobre dislexia y por qué?
La respuesta a esta pregunta se remonta a más de 20 años atrás, cuando comencé como maestra enseñando inglés en una escuela bilingüe. Observaba que algunos alumnos no avanzaban, no aprendían a leer y escribir, les costaba apropiarse de los contenidos. Empecé a buscar otras maneras de enseñar el mismo contenido para que todos puedan aprender. En esa época tenía a cargo primer grado, entonces el desafío era que puedan leer y escribir y encima en un segundo idioma. Fui explorando distintas alternativas.
En el 2004 me encontré con Marta Braylan (mi amiga, socia y coautora de este libro), ella comenzó en el rol de coordinadora y así empezamos. Somos dos apasionadas por aprendizaje y el ser humano en su integridad, comenzamos a investigar sobre la alfabetización en un segundo idioma. Paralelamente hacíamos observación y análisis de procesos, el resultado fue un artículo académico para una revista internacional “Lectura y vida”; ahí empieza el camino de estudio qué tiene que ver no sólo con la Dislexia sino con otras dificultades específicas de aprendizaje DEA.
Además de estudiar también fuimos implementando los descubrimientos que íbamos haciendo y los logros cada vez eran más. Sentimos la necesidad de compartir todo esto y comenzamos a capacitar y formar a los docentes en relación al aprendizaje, neurociencias, emociones y Dislexia y otras DEA
Además de estudiar también fuimos implementando los descubrimientos que íbamos haciendo y los logros cada vez eran más. Sentimos la necesidad de compartir todo esto y comenzamos a capacitar y formar a los docentes en relación al aprendizaje, neurociencias, emociones y Dislexia y otras DEA. Asesoramos instituciones educativas, hemos realizado capacitaciones, talleres en numerosas escuelas, desde el 2019 tenemos nuestra plataforma digital. Al abrir este camino a los docentes y profesionales de la educación en general aparecieron muchos padres interesados en Dislexia que tomaban cursos para poder acompañar a sus hijos, nos acercaron sus necesidades, sus preguntas y dudas. Registramos estas necesidades y acompañamiento no sólo para los docentes sino también para los padres. Pensamos cómo transmitir y llegar a más personas que se interesan por esta temática, buscando bienestar y armonía al educar, aprender y crecer. Así surge la idea de escribir el libro.
■ ¿Qué repercusión tuviste, por un lado, entre colegas y por otro entre público / pacientes?
Sobre todo, agradecimiento. Mucho agradecimiento y alegría porque después de leer el libro o de estar en contacto con la dislexia, desde la mirada que propone el libro, una mirada más global, integrada, sistémica, aparece el descubrimiento de nuevos caminos para avanzar a pesar de tener dislexia.
Evidentemente hay necesidad de este tipo de información y acompañamiento profesional porque hay mucha demanda del libro
Muchas veces nos encontramos con niños, adolescentes que ya no tienen motivación, deseo, esto se debe a la frustración y la sensación de no poder, no pertenecer, que experimentan a diario. Estos caminos, estrategias, herramientas, les permiten sentirse mejor. Empezar a verse como personas que pertenecen a su clase, al sistema educativo, familiar; que pueden leer y escribir, aprender, pueden SER, tienen un lugar. Los docentes nos cuentan que se alivian porque en vez de ser un problema que conlleva sentimientos de enojo, frustración, miedo, tristeza, entre otros; encuentran cómo adecuar las actividades, cómo intervenir y acompañar. Las madres y padres nos hablan con mucha emoción, porque entienden qué es lo que pasa y que hay salidas posibles a nuevas formas de transitar la escolaridad. Que sus hijos pueden aprender con mayor bienestar y desarrollarse. Encuentran alternativas y orientación para acompañar a sus hijos e hijas.
Evidentemente hay necesidad de este tipo de información y acompañamiento profesional porque hay mucha demanda del libro.
■ ¿Qué mirada novedosa creés que aporta el libro sobre esta problemática?
Creo que, a diferencia con otros muchos libros que he leído, lo que aportamos en “Dislexia: adecuar para aprender en equidad” es esta mirada integral, este trabajo entre todos los miembros que componen el sistema de cada niño, adolescente o persona con Dislexia. Este sistema está compuesto por el niño, adolescente, por sus padres, sus docentes, los directivos de la escuela, la escuela, si los hubiera tutores pedagógicos, maestros de apoyo y los profesionales de la salud que acompañen.
Otro aporte importante es comenzar a mirar a quien tiene dislexia de manera completa, o sea no sólo de lo que no puede, le cuesta (que es lo que usualmente sucede), sino de lo que sí puede, cuáles son sus fortalezas, cuáles son sus talentos y a partir de ahí empezar para comenzar a experimentar lo que sí puede, para poder conocerse y luego ir trabajando lo que se presenta como un desafío.
Dedicamos un capítulo a las emociones porque juegan un papel protagónico, no sólo en el aprendizaje, también en el desarrollo del pensamiento, de su autoestima, influyen en sus relaciones y en muchos aspectos del organismo y su funcionamiento. Observamos que a quien se le dificulta leer y escribir en el colegio, siente que no es parte, siente que no puede, que tiene algo diferente que el resto, y su autoestima cada vez se ve más afectada. En este libro proponemos la observación y registro de este mundo emocional como base trabajar en conjunto: los docentes, mirando al alumno con sus padres atrás, reconociendo de dónde viene, su entorno, entendiendo y respetando eso para poder construir en el aula, junto con los papás desde su casa. Parte de construir ese puente, que les permita a los estudiantes con dislexia aprender, es conocer y amigarnos con las adecuaciones.
En este momento la tecnología que aparece como el fantasma o el monstruo amenazante en diversas situaciones, también es muy útil cuando la podemos usar a favor
Adecuar quiere decir que al mismo contenido académico podemos enseñarlo de una manera diferente y el alumno puede expresarlo de la forma que pueda, a medida que vaya avanzando. Estas adecuaciones se van pensando, diseñando y poniendo en práctica de acuerdo a lo que cada uno necesita. Por eso hablamos nosotros de equidad en el libro y no de igualdad; ya que si todos fuésemos iguales habría que enseñar de la misma manera y todos aprenderíamos. El concepto de equidad considera que todos somos diferentes y que cada uno necesita algo diferente. La equidad propone que la escuela, el docente, el sistema educativo brinde a cada uno lo que necesita para poder avanzar.
De hecho, desde el año 2016 existe en nuestro país la ley 27.306; en ella se indica: “Para garantizar el acceso al currículo común, en el caso de Dificultades Específicas del Aprendizaje tendrá en cuenta las siguientes consideraciones orientativas…” “elaborar la adaptación curricular”. Nos remite a la práctica concreta de que cada uno pueda acceder a los contenidos de la manera que necesita.
El libro aporta muchos recursos, estrategias para abordar distintos contenidos desde las distintas áreas. También la evaluación es un tema muy importante, y dedicamos otro capítulo a eso. Porque no se trata de hacerlo más fácil, de hacer lo mínimo para que el alumno apruebe. Se trata de acompañar a desarrollar todo el potencial que cada persona trae teniendo en cuenta como sí puede ir haciéndolo. En ese capítulo hacemos referencia a la inclusión de herramientas tecnológicas, que son de gran ayuda. En este momento la tecnología que aparece como el fantasma o el monstruo amenazante en diversas situaciones, también es muy útil cuando la podemos usar a favor; se convierte en un aliado que permite escribir, leer y acceder a al mundo de los textos, a la información y a la expresión.
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