Este domingo, a las 11:00 horas, Mercedes vivió una conmovedora procesión que encabezó la Virgen de las Mercedes por las calles de la ciudad, marcando el inicio de la misa central de las festividades patronales. La comunidad se unió en una gran celebración, ondeando banderas de ceremonia y con la participación de delegaciones de bomberos y escuelas. Además, la Banda de Música de Gendarmería Nacional añadió un toque especial a la ceremonia, con una formación frente al atrio, con vivas a la imagen de la patrona a su llegada al templo principal.
La Basílica Catedral «Nuestra Señora de las Mercedes» se llenó de fieles, y la misa fue presidida por Monseñor Jorge Eduardo Scheinig, quien concelebró junto a su futuro obispo auxiliar, Mauricio Landra, el párroco de la catedral Juan Carlos Bouzou, y otros sacerdotes de la diócesis.
Durante su homilía, Monseñor Scheinig compartió reflexiones sobre la fecha y la importancia de la misericordia en nuestras vidas. Resaltó que María, la Virgen de las Mercedes, es «un ejemplo de misericordia» y alentó a la comunidad a «vivir en la misma sintonía». Hizo hincapié en el mensaje del Evangelio del día sobre cómo los últimos serán los primeros y destacó que «Dios valora la respuesta que damos más que nuestras expectativas».
La parábola de los trabajadores en la viña, explicada por Monseñor Scheinig, subrayó la importancia de la misericordia divina y cómo todos están invitados a responder a ese llamado. Recordó que la Iglesia debe ser «un lugar que dé libertad», que «no envidie ni se enoje por el bien de los demás», sino que sea «fuerte y generosa, liberando a las personas».
En un discurso apasionado, Monseñor Scheinig instó a la comunidad a ser «una Iglesia con una lógica diferente», que «abra sus puertas a todos sin excepción». La Virgen de las Mercedes, según sus palabras, «es un ejemplo constante de misericordia y guía para todos los fieles».
«Todos estamos invitados a hacer una iglesia con otra lógica», dijo. «El mundo hace que las personas sean si demuestran que valen. Entonces tienen que ser capaces, inteligentes, competitivos y algunos no llegan. Algunos están partiendo en la carrera de la vida 100 metros atrás. Y la Iglesia está llamada a decirle sí a todas las personas. La respuesta es la clave», afirmó.
«Me encanta la fiesta del salame, la de la torta frita, pero qué lindo sería que fuéramos la ciudad de la Misericordia», sintetizó Scheinig
Además bregó y pidió que en Mercedes «su pueblo viva de la Misericordia igual que Dios», y «que nosotros como ella seamos personas de las Mercedes, misericordiosos, que esta ciudad que lleva este nombre tan lindo sea una ciudad de la Misericordia».
«Me encanta la fiesta del salame, la de la torta frita, pero qué lindo sería que fuéramos la ciudad de la Misericordia», sintetizó.
La festividad religiosa de las patronales en la ciudad de Mercedes marcó un recordatorio conmovedor de la importancia de la misericordia en nuestras vidas y la necesidad de vivir de acuerdo con esa enseñanza.
Llamó la atención la ausencia de representantes del ámbito político, tanto institucional como de la dirigencia partidaria, que hubo en la celebración.