Si es que hay un artista local que se mantiene firme con sus convicciones, trabajo, apertura, calidad y varios de sus atributos bien ganados que tiene en su bonhomía en el arte, ese es Jorge Blanco. Y en este sentido vale decir que cierra un excelente año con un segundo premio más que merecido en el salón de pintura Enrique Larrañaga en San Andrés de Giles, con su acrílico «Los irreverentes».
En su simpleza, convicción y contundencia, Jorge Blanco plasma en colores y en acrílico en este caso lo que ve en la realidad que lo rodea, que nos rodea, y la muestra a su manera.
«El misterio de la obra es que habla por si sola, porque hasta parece no haber sido pintada por mí, y eso me da mucha satisfacción»
«Este premio fue realmente importante», reconoce ante este medio el propio artista. Y remarcó «un giro en el estilo de pintura», que cultiva: «A pesar de que yo tengo cierta versatilidad en cuanto a predisponerme para solucionar una imagen a través de la pintura con diferentes técnicas, particularmente esta obra es muy especial para mí porque es como haber pescado en aguas profundas. por eso el término este de atrapando al pez dorado tiene mucho que ver con el hecho de haber creado una obra que hasta puedo llegar a decir que no tiene un sustento teórico, ni tampoco que tenga que ver con la resolución de un problema, sino que es una obra que está basada en el completo éxtasis de la pintura, a través de la pintura que tiene el pez dorado, a través de la forma de pintar improvisada», resalta.
«El misterio de la obra es que habla por si sola, porque hasta parece no haber sido pintada por mí, y eso me da mucha satisfacción, porque tiene que ver con que uno tiene que salir del cuadrado y de los esquemas tradicionales de la pintura. No solamente la figuración genera en el artista una satisfacción, sino que la improvisación forma parte también de la construcción de una obra», define.
Este logro para Blanco es «casi tan importante como haber llegado a tener el primer premio»: «Disfruto y celebro haber atrapado este pez dorado y también haber atrapado el interés del jurado, porque a veces uno cuando pinta, pinta para direccionar la obra, como para que esté en los primeros lugares. Pero yo en este caso estuve enajenado a esa situación, así que la verdad es que estoy muy feliz, y contento de cerrar el año con esta premiación», marca Blanco.
