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Agradecen apoyo, asistencia y contención del Hospital a tres años de accidente en ruta 41

En enero de 2022, la vida de Luciana cambió cuando su compañero, Gastón, sufrió un grave accidente automovilístico en la ruta 41. Tras momentos desesperantes, Gastón fue atendido en el Hospital Blas Dubarry de Mercedes, donde el equipo médico, encabezado por el Dr. Sergio Villarruel y la Dra. Dayana Totesaut, desempeñó un papel crucial en su recuperación.

Luciana agradece profundamente a todo el personal, incluyendo enfermeros, cirujanos y kinesiólogos, destacando la importancia de la salud pública y la necesidad de mejorar las condiciones de las rutas para prevenir tragedias similares. Además, expresa su gratitud hacia el Same y Lucía Capaccio de Mercedes.

La sentida carta enviada a este medio para su difusión es la siguiente:


16 de Enero de 2024

En pocos días se cumplen dos años de un hecho que marcó mi vida y la de muchas personas queridas:

El 21 de Enero de 2022 estaba en una casa que había alquilado mi familia en San Andrés de Giles esperando a mi compañero que venía a visitarme desde Santa Teresita. Según me dijo llegaría a las 18hs pero pasado ese tiempo empecé a preocuparme porque no llegaba.

Tres horas más tarde, después de varios intentos de llamados a su teléfono y de ir a la comisaría para saber si me ayudaban, vuelvo a intentar comunicarme con su teléfono y me atendió una voz desconocida. Me dijo que Gastón estaba internado en el Hospital Blas Dubarry ubicado en Mercedes, había volcado con su auto en la ruta 41, en el tramo de Navarro a Mercedes. Ruta en la que suelen haber muchos accidentes porque se encuentra en pésimo estado.

Describir la desesperación que sentí al saber que, de un momento a otro, Gastón había sido operado en un hospital desconocido, con personas desconocidas, en un pueblo desconocido al que no podía llegar pronto porque estaba sin vehículo, es algo muy difícil asique no lo haré. Solo volver a pensar en ese momento, me hace llorar como si eso recién hubiera sucedido.

Cuando logré llegar al hospital, me recibió la médica de guardia Dayana Totesaut que me dijo que la situación de Gaston era reservada. Tuvo un politraumatismo y estaba en coma farmacológico pero las perspectivas de sobrevivir eran muy pocas.

Describir la desesperación que sentí al no saber si lo habían operado como correspondía, si lo dejarían morir es algo muy difícil asique no lo haré.

Lo que observaba cada vez que pasaba a visitarlo esa media hora por día era que estaba bien cuidado y el lugar estaba impecable.

Esos primeros días de espera, sin dormir ni comer, esperando el parte médico cada día, deseando que el riesgo de estar entre la vida y la muerte dejará de ser un tema, fueron durísimos. Saqué fuerzas que desconocía en mí para poder afrontarlo con entereza y estar a disposición de lo que hacía falta.

Esa misma doctora, semanas después nos confirmó que Gastón ya no estaba en riesgo. Era un milagro, decían.

El equipo del hospital, enfermeras y enfermeras, doctoras y doctores, quinesiólogas y quinesiólogos, así como la pulsión vital de Gastón, fueron imprescindibles para que algo que parecía casi imposible los primeros días se volviera posible y que la vida continúe.

Esta carta es de agradecimiento a todo el equipo de terapia intensiva del Hospital Blas Dubarry, que trabajan en equipo con una calidad profesional y humana inmensa.

Gracias al doctor Sergio Villarruel, jefe de terapia intensiva del hospital, por su templanza, su tiempo para explicarnos, su trato humano con Gastón, su dedicación y a la doctora Dayana Totesaut por su humanidad y su sensibilidad.

Gracias al equipo de enfermeras y enfermeros: Silvina Heredia, Dora Silva, Esteban Alegre, Noelia Godoy, Claudia Zúñiga, Adrian lasala, Gabriela Pereyra, Adela Troncoso, Eugenia bilbatua, Gabriela bazan, Macarena Tapia, Gustavo Bustos, Natalia Gonzáles, Natalia Fuentes por el cuidado a Gastón y el trato humano que nos dieron a mí y a toda la familia, dejándonos acompañarlo en su recuperación y en especial a Soledad Sebastiano, quien además nos acompaño en el traslado al centro de rehabilitación en Caba.

Gracias al equipo de cirujanos: Walter Crema, Marino Agustín, Joel Arias y Daniel Zazzeron por haber hecho un trabajo tan delicado y tomar decisiones que fueron claves para que Gastón sobreviva.

Gracias al equipo de kinesiología Juan Mathys, Evangelina Russo, por ayudarlo a dar sus primeros pasos de rehabilitación.

La gratitud que tengo hacia todos ellos es infinita. Son un gran ejemplo de que la salud pública de nuestro país salva vidas y que cuenta con seres humanos con un potencial de sabiduría y humanidad infinita. En pleno contexto de ajustes, desfinanciamiento y desprecio a las instituciones públicas es de suma importancia reconocer, agradecer, valorar y defender estas instituciones así como a sus trabajadoras y trabajadores que cuidan de toda persona que llega sin importar de dónde viene ni hacia dónde va.

Quiero también agradecer a los trabajadores del Same que lograron sacar a Gastón del auto y llevarlo a tiempo al hospital y a quien informó del incidente para que fueran a rescatarlo, a quienes desconozco y fueron parte importante de salvar su vida y a Lucía Capaccio, directora de Cultura de Mercedes, quien se enteró del accidente y estuvo muy atenta con nosotres. Les estaré eternamente agradecida.

Seamos conscientes que la mayor cantidad de muertes en nuestro país son por accidentes automovilísticos. El estado de las rutas es un factor determinante. Gaston sobrevivió pero muchas otras personas mueren diariamente en esa y otras rutas del país.

Luciana Diaz

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