En conmemoración del Día de la Independencia, el intendente Ustarroz asistió al tradicional Te Deum oficiado por el arzobispo Jorge Eduardo en la Catedral Basílica.
El evento, que precedió al acto protocolar de la jornada patria, contó también con la presencia de la presidenta del Concejo, Mariana San Martín, la secretaria de gobierno, Clara Zunino, diversos funcionarios, referentes sociales y numerosas instituciones educativas.
Durante el Te Deum, el arzobispo Jorge Eduardo compartió reflexiones profundas y relevantes con la comunidad. En su homilía, destacó el sueño de los próceres de una nación independiente y prometedora, haciendo hincapié en el potencial del pueblo mestizo que se estaba gestando en esta tierra bendita.
«Nuestros próceres soñaron una Nación independiente y prometedora porque eran conscientes que en esta tierra bendita y con el pueblo mestizo que se estaba gestando, existía un enorme potencial para crear algo nuevo, una Patria, libre, soberana, con vida y proyecto propio», expresó el arzobispo.
Jorge Eduardo también abordó la complejidad del contexto mundial actual y la crisis histórica que estamos atravesando. A pesar de los desafíos, el arzobispo manifestó su esperanza basada en la confianza en Dios y en las lecciones de la historia. «Personalmente no pierdo la esperanza, porque mi confianza en Dios y lo que nos enseña la misma historia, es que al final de esos procesos complejos, que llevan muchos años, la humanidad sale mejor», afirmó.
En su mensaje, también mencionó las nuevas dependencias que afectan a la sociedad, tales como la trata de personas, la droga, el analfabetismo, la pobreza extrema y la violencia, entre otros. «Son muchas las nuevas dependencias que nos zarandean, atándonos a esclavitudes que siguen hipotecando el presente y el futuro», señaló.
El arzobispo subrayó la importancia de la comunidad y la relación esencial entre la persona y la comunidad para generar una sinergia fundamental que permita el cuidado mutuo. «Cada persona en la comunidad. No lo uno sin lo otro, o por encima, o por debajo de lo otro. Lo repito, cada persona en la comunidad, no sin la comunidad», destacó.
Finalmente, hizo un llamado a la solidaridad en tiempos difíciles, considerándola como una red que asegura la salvación colectiva. «La solidaridad, que es lo que da la posibilidad cierta de salvación colectiva, es constitutivo de la red, de ese magnífico entramado que se da entre cada uno y todos, y entre todos y cada uno», concluyó el arzobispo.