En el ciclo de Pro Arte Mercedes 2024 –Centro de Egresados del Colegio Nacional– se presentó el pianista Franco Pedemonte, con un programa pensado para mostrar la evolución de la música clásica hacia la contemporaneidad.
En la primera parte del concierto, el intérprete eligió a Chopin, un músico que influyó de manera significativa en las generaciones ulteriores.
Las obras elegidas fueron la Berceuse, op. 57 y la Balada N°4 en Fa menor, op.52, ambas obras ubicadas cronológicamente en el final de la carrera del compositor.
La Berceuse es una canción de cuna, estructurada en el flujo continuo de variaciones sobre un bajo tranquilo en una dinámica siempre suave, dando forma a una textura sonora que el intérprete transmitió con una expresividad notable y deja en evidencia cómo Chopin anticipó el impresionismo musical.
A continuación se escuchó la Balada N°4, la más amplia de matices de las cuatro que escribió Chopin. Su compleja estructura musical, unida a una profundidad emocional notable, hace de esta pieza una joya extraordinaria en la literatura pianística. Famosa por su narrativa absorbente y su belleza etérea, pinta un cuadro de la evolución del arte y las luchas personales del compositor, quien no solo atravesaba problemas de salud, sino el profundo dolor por la patria perdida que nunca abandonó en sus pensamientos y a la que no retornaría. Todo esto subyace en la génesis de esta Balada que refleja, además, el apogeo de la época romántica.
Franco Pedemonte supo abordar con maestría el desafío que implica una obra de tal envergadura. Con un toque perfecto, a través de un maravilloso perlado en el que la digitación y la claridad del sonido fueron notables, supo transmitir cada tema, reflejando el espíritu del compositor.
En la segunda parte del programa se escuchó la Suite “Pour le Piano” L.95, de Claude Debussy, músico influenciado por Chopin.
En esta obra en particular, Debussy rinde homenaje a los antiguos clavecinistas franceses que la crítica, en general, considera como una fuente de inspiración más que de imitación.
La obra es una Suite para piano que incluye tres piezas: I. Preludio, II. Sarabanda y III. Tocatta.
El Preludio de apertura es enérgico y los numerosos glissandos conducen al tranquilo centro de la Sarabanda que, según la indicación descriptiva de Debussy que aparece en la partitura, debe abordarse “con una grave y lenta elegancia”.
Finalmente La Toccata se plantea como una brillante exclamación, rigurosa en sus exigencias técnicas.
Franco Pedemonte encaró esta obra de discurso continuo, con cadencias explícitas, de relaciones texturales horizontales, contrastes agudo-graves y mezcla de sonoridades, de manera notable. A través de su depurada técnica logró transmitir las fluctuaciones sonoras de la obra, creando un clima perfecto donde el ritmo, la melodía y la tonalidad se asociaron para transmitir la atmósfera mágica y sutil que Debussy propone.
La última obra elegida por el pianista fue la “Balada Mexicana” de Manuel Ponce, una obra alineada con la tradición romántica europea que explora las posibilidades expresivas de la melodía folclórica mexicana. El tema principal proviene de la canción revolucionaria “El Durazno”, tonada muy popular entre las tropas de Pancho Villa y el segundo, de la canción “Acuérdate de mí”, que Ponce ya había arreglado previamente para voz y piano.
La Balada Mexicana es una obra compleja que exige del ejecutante un tour de force, particularmente en la grandiosa presentación del segundo tema, plagado de acordes y ornamentación en fragmentos de escalas cromáticas, rematado por un descenso magnífico en octavas, que atraviesan todo el registro del instrumento.
Franco Pedemonte resolvió, en una destacada presentación, cada uno de los desafíos que la pieza propone, ofreciendo una versión brillante y rica en matices que mostró la solvencia técnica del joven pianista.
Fuera de programa se escuchó la obra de Alberto Williams “La Colina Sombreada”, que pertenece a la Suite En la Sierra, op.32
Franco Pedemonte trasmitió un programa cuidadosamente seleccionado. Su musicalidad, su fraseo claro y expresivo, acompañado de una exquisita técnica, mostraron a un intérprete que, pese a su juventud, posee una belleza singular en el sonido y gran ductilidad en cada interpretación, que el público reconoció con un caluroso aplauso.