La reciente sentencia judicial sobre el basural del barrio La Florida, una problemática que afecta a esta zona desde hace casi dos décadas, ha traído cierto alivio a los vecinos, aunque no la resolución completa que esperaban. Luis Aros Peralta, vecino del barrio e impulsor de la causa, destacó que, aunque el fallo no satisface todas sus demandas, representa un avance significativo en el control y saneamiento del predio. “Con la sentencia, hemos conseguido un 80 por ciento”, afirmó.
Después de 14 años de lucha y reuniones con otros vecinos firmantes del juicio, Aros Peralta destacó el valor de la sentencia en algunos aspectos cruciales. “El juez ha dictado una sentencia salomónica”, explicó.
“Nosotros teníamos la expectativa de una solución completa, de que el basural se cierre totalmente y se traslade la planta de transferencia, pero se han conseguido avances importantes”, dijo luego.
A pesar de esta satisfacción parcial, los vecinos se muestran decididos a continuar con su vigilancia ciudadana para asegurar que el fallo se cumpla en su totalidad.
Entre las principales quejas y exigencias de los vecinos estaba el traslado de la planta de transferencia, ya que consideran que el actual lugar no es apropiado para dicha actividad. Sin embargo, en la sentencia, el juez determinó que la mudanza es “de cumplimiento imposible”
La lucha vecinal y los desafíos del proceso
El caso, que lleva el número de expediente 13425, comenzó en 2010, aunque las denuncias vecinales y el conflicto existen desde 1994. Para Aros Peralta, el recorrido ha sido arduo. “Hemos pasado por todo, hemos visto pantomimas, soportado un trato inadecuado. Pero a pesar de eso, nuestra acción ciudadana ha sido señera en la provincia: le ganamos un juicio a un municipio que era renuente a solucionar un problema que afecta no solo a nuestra comunidad cercana, sino a toda la ciudad”, destacó.
Entre las principales quejas y exigencias de los vecinos estaba el traslado de la planta de transferencia, ya que consideran que el actual lugar no es apropiado para dicha actividad. Sin embargo, en la sentencia, el juez determinó que la mudanza es “de cumplimiento imposible”, aludiendo a la dificultad del municipio para encontrar una ubicación alternativa durante los 14 años que duró el juicio. Según Aros Peralta, aunque los vecinos deseaban que el predio dejara de ser un punto de transferencia de residuos, la resolución establece que el municipio debe “mejorar el lugar, no arrojar un kilo más de basura a cielo abierto y crear condiciones para que ni siquiera vuele un papel o una bolsa en el sector”.
Compromiso judicial y control vecinal
El fallo incluyó una disposición fundamental para los vecinos: la creación de un control judicial que garantice que no se acumulen residuos en el lugar. “Nos vamos a mantener atentos. Aunque el fallo no lo menciona, vamos a pasar por el lugar todos los días, vigilando que se cumpla lo dictaminado”, afirmó Aros Peralta. “Si alguna vez vemos algo anómalo, lo haremos saber”.
Este compromiso, que implica una responsabilidad compartida entre los vecinos y el juzgado, es considerado por Aros Peralta como una victoria. “Logramos que no se arroje basura de manera descontrolada. Fue algo cansador, pero lo conseguimos. Más allá del 80% de satisfacción, sabemos que hicimos algo por la comunidad completa. Lo que logramos, no queremos que se pierda”.
«Hemos luchado mucho para llegar a esto y creemos que es fundamental que lo logrado no se dilapide»
Persistencia en la defensa del ambiente
A lo largo del proceso, los vecinos se enfrentaron a diversos obstáculos, pero su compromiso fue más fuerte. “Podríamos haber abandonado la causa, porque fue como pelear contra Goliat”, reflexionó Aros Peralta. Sin embargo, la persistencia y la tenacidad de la comunidad dieron frutos. “Siempre es recurrente decir que el tratamiento de residuos es un problema en todos lados, pero lo que realmente importa es actuar. Nosotros queríamos que se tomaran acciones concretas y efectivas”.
A pesar de los avances logrados, los vecinos aún anhelan una solución definitiva que asegure el cierre total del basural y el traslado de la planta de transferencia a una ubicación más adecuada. “Esperamos que las autoridades lo tengan muy presente. Hemos luchado mucho para llegar a esto y creemos que es fundamental que lo logrado no se dilapide”, concluyó Aros Peralta, quien considera esta experiencia como un llamado a la acción para otras comunidades afectadas por problemas ambientales.
La causa del basural de La Florida es ahora un emblema de lucha ciudadana en Mercedes y la provincia. Para Aros Peralta, el veredicto representa no solo una mejora para su barrio, sino también una muestra de que la organización vecinal puede influir en la gestión de problemas medioambientales de larga data