La Justicia de Mercedes dictó un fallo histórico en respuesta al reclamo de los vecinos de Ciudad Nueva, 9 de Julio, por la contaminación con arsénico en el agua de consumo y las fumigaciones con agrotóxicos. La sentencia, de 37 páginas, ordena una serie de medidas para garantizar el acceso al agua potable y proteger la salud de la comunidad.
Entre las disposiciones judiciales se destacan la entrega de agua potable segura a familias vulnerables, centros de salud y escuelas; la prohibición de fumigaciones con agrotóxicos en un radio de mil metros alrededor de los pozos de extracción; la implementación de un plan de vigilancia sanitaria; y la obligación del municipio de informar mensualmente sobre la calidad del agua de red.
El arsénico, un elemento que puede encontrarse en el suelo de forma natural o como consecuencia de actividades humanas como la agricultura y la minería, representa un grave riesgo para la salud. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), su consumo prolongado puede provocar intoxicación crónica y aumentar el riesgo de desarrollar distintos tipos de cáncer. En el caso de 9 de Julio, se detectaron niveles de arsénico en el agua hasta 36 veces superiores a lo permitido.
El problema del arsénico en el agua no es exclusivo de 9 de Julio. Según el Mapa del Arsénico elaborado por el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA), más de 20 localidades argentinas superan los 50 partes por billón (ppb), el límite recomendado.
El fallo judicial marca un precedente en la lucha por el acceso al agua segura y la protección de los derechos socioambientales en la Provincia de Buenos Aires.
Los vecinos de Ciudad Nueva continúan organizados junto a la organización Naturaleza de Derechos para exigir el cumplimiento de las medidas ordenadas por la Justicia.