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19 años de Noticias Mercedinas: un viaje sostenido con dignidad y algo de wifi

Cumplir años en el mundo digital no es soplar velitas: es, más bien, resistir apagones, clics perdidos, trolls ocasionales y facturas que llegan antes que las buenas noticias. Pero acá estamos. Noticias Mercedinas cumple 19 años y, como quien encuentra un viejo disco rígido que aún funciona, se abre una carpeta con mil archivos, emociones, errores, aciertos y algunas ventanas que permanecen sin cerrarse.

Porque sí, este medio comenzó como un desafío, una transición forzada desde los modos tradicionales a esta nebulosa digital donde las noticias se cargan como pestañas múltiples que no dan respiro. Hoy, aquel intento de hacer algo nuevo y necesario para seguir la profesión periodística es un archivo vivo de la ciudad de Mercedes en el siglo 21. Una ciudad que cambia, como cambia el clima, el humor social, la economía, cambian las redes, los gobiernos y hasta los algoritmos. Pero la constancia, en este mar de pestañas y pantallas, es ya una forma de compromiso.

Compromiso con una comunidad que ha sido muchas cosas: lectora, crítica, indiferente, entusiasta, ingrata, agradecida, contradictoria (como todos somos, al fin y al cabo). Pero también, y sobre todo, una comunidad que vive y a la que le pasan cosas. Cosas que vale la pena contar.

Pasaron 19 años de cambios tecnológicos brutales, de reinvención permanente (casi obligatoria), de cursos online, de aprender que ahora la IA te escribe titulares pero no los siente, de WhatsApps de vecinos a las 3 de la mañana, de celulares que no paran de sonar (ni en cumpleaños ni en velorios).

Y sí, hay errores, muchos. Noticias que no salieron, nombres mal escritos, detalles que se escaparon, fotos que llegaron tarde. Pero también hay aciertos, coberturas únicas, notas que marcaron agenda, voces que encontraron un espacio y realidades que no quedaron silenciadas. No es poco.

No es fácil vivir con tantas ventanas abiertas. Literal y metafóricamente. Las de la computadora, las del celular, las de las personas. Se abren solas a veces. Se cruzan conversaciones, datos, eventos, denuncias, elogios, noticias felices, injusticias cotidianas. Todo en tiempo real

A nivel personal, hay días en que quiero salir corriendo. Otros, en que el oficio me da sentido. Me estoy poniendo viejo —eso es una obviedad que ya ni el filtro de Instagram disimula— pero probablemente me dedique a esto hasta que me cambien los pañales.

Porque no es fácil vivir con tantas ventanas abiertas. Literal y metafóricamente. Las de la computadora, las del celular, las de las personas. Se abren solas a veces. Se cruzan conversaciones, datos, eventos, denuncias, elogios, noticias felices, injusticias cotidianas. Todo en tiempo real, en píxeles, en bolsillos, bajando desde los satélites que mandan la vida por 4G (o lo que haya ese día).

Y en este cumpleaños del medio, quiero agradecer especialmente a dos polos opuestos, pero indispensables. Por un lado a mi familia, que me banca el mal humor que a veces transmite el mundo, los horarios difusos, la obsesión por subir eso urgente que si no está ya, no sirve… y también los silencios cuando estoy mirando una pantalla y no una cara. Y por otro a los auspiciantes, los que apuestan, los que usan los servicios de comunicación, los que comprenden que este trabajo también se paga, que detrás de una nota hay tiempo, cabeza, recursos, personas. Nada de esto se sostiene sin ellos. Sin ustedes. Sin nosotros.

Quiero extender un profundo agradecimiento a Juan, mi compañero inoxidable y el mejor periodista deportivo que esta comunidad ha dado y que es mi coequiper editor de ese segmento desde que me acuerdo. Y a cada colega que ha sido parte de esta aventura, en distintos tiempos y formas de todo este recorrido, y a quienes con su talento y dedicación han contribuido a construir la identidad de Noticias Mercedinas.

Este medio cumple 19 años, dudando, tecleando, aprendiendo, borrando y publicando. ¿Festejamos? Sí. Pero bajito. Que seguro mientras vos leés esto, ya hay otra ventana que se abrió. Ya haya otra guerra que se libre y ya haya vuelto la paz. Que nunca debe extinguirse, aunque suene a utopía decirlo es lo que se desea desde aquí. Bien común. Amor. Buenas intenciones. Dar valor al otro. Y sin punto final.

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