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Hernán Casciari: de las cartas a la abuela Chola al futuro de la comunicación y la IA

En una enriquecedora videollamada que trascendió las pantallas, el reconocido escritor mercedino Hernán Casciari compartió una mañana de jueves inolvidable con los alumnos de 6º año A de la Escuela Secundaria Nº 12.

La charla, enmarcada en el proyecto de la materia Comunicación y Transformaciones Socioculturales del Siglo XXI, dictada por el profesor y periodista Cristian Falabella, se llevó a cabo en las instalaciones del Honorable Concejo Deliberante, gracias al apoyo técnico del área de Prensa del municipio.

Casciari, con su particular estilo, abordó temas que van desde su íntima relación con la escritura hasta su visión sobre las nuevas tecnologías, la inteligencia artificial y el valor del trabajo colaborativo en la era digital.

La escritura, un amor que nació en la infancia
Entre otras cosas, y a pedido de los alumnos, Casciari reveló que sus primeros acercamientos a la escritura se dieron a una edad muy temprana, utilizando la máquina de escribir de su padre. Aunque dijo que no recuerda su primer texto, sí tiene el recuerdo de escribir cartas para su abuela Chola, quien vivía a la vuelta de su casa. «Tenía 5 o 6 años, le escribía a máquina cartas y se las mandaba por abajo de la puerta. Me parecía la cosa más alucinante del mundo, poder escribir algo e inmediatamente que otro lo pueda leer en otro lugar», rememoró, destacando cómo esa experiencia fue un germen de su vocación.

Su primera publicación fue a los 13 o 14 años, escribiendo crónicas de básquet en el diario El Oeste. Más tarde, entre los 18 y 21, fue impulsor de la revista La Ventana,  junto al recordado Fifo Roggero, trabajo que fue consolidando a Mercedes como el «lugar donde ensayé todo lo que iba a hacer de más grande».

Su primera publicación fue a los 13 o 14 años, escribiendo crónicas de básquet en el diario El Oeste. Más tarde, entre los 18 y 21, fue impulsor de la revista La Ventana,  junto al recordado Fifo Roggero, trabajo que fue consolidando a Mercedes como el «lugar donde ensayé todo lo que iba a hacer de más grande».

Chiri, el amigo que guarda los «secretos vergonzosos» del escritor
Uno de los momentos más divertidos de la entrevista fue cuando Casciari compartió anécdotas sobre su amigo Chiri, con quien mantiene una relación de amistad desde los 7 u 8 años y hoy es una pieza fundamental en su equipo de trabajo. «Chiri trabaja conmigo, no solamente somos amigos desde los 7, 8 años, sino que es el jefe de redacción de la revista Orsai, es el director de Orsai Audiovisuales, dirige películas de las que escribo yo», explicó.

Y consultado sobre la anécdota que le genera más vergüenza dijo que esta involucra las «malas y cursis» poesías de amor que escribía entre los 13 y los 17 años, y que, avergonzado, quemó a los 18. Sin embargo, resulta que Chiri se las aprendió de memoria y, para su mortificación, las recita en reuniones con gente prestigiosa, afirmando que Casciari las escribió «ahora», tal cual comentó el autor.

WhatsApp y una mirada crítica y evolutiva
El debate revivió cuando los chicos le preguntaron sobre los audios de WhatsApp, si los  escucha cuando son largos, cosas que los jóvenes aseguran que no hacen, y eso generó una interesante reflexión. Casciari confesó que a él tampoco le gusta escuchar audios largos, ya que le generan ansiedad. No obstante, compartió una emotiva excepción: dijo que escucha los audios de su madre de 77 años en velocidad 2.0, porque de esa manera «es la voz de mi vieja cuando era joven, es buenísimo».

Frente a la crítica de la preceptora sobre la pérdida de la escucha en un mundo acelerado, Casciari adoptó una postura contundente: «Antes, cuando recién habían inventado el teléfono, la gente decía esto de llamarse por teléfono está matando que nos visitemos, pero siempre algo está matando algo, siempre algo está matando otra cosa y lo que tenemos que hacer es adaptarnos rápido a lo nuevo». Enfatizó la importancia de no ser «viejos chotos diciendo que antes era mejor y es mentira, ya que antes no era mejor, ahora es mejor, siempre es mejor ahora».

Luego, el escritor coincidió con el Indio Solari para ilustrar la necesidad de reconocer el «ruido de la evolución» aunque no se entienda el camino. Y dejó un mensaje claro para los jóvenes: «Vayan para adelante. Adelante va a estar todo bien, va a ser buenísimo. Utilicen las herramientas que le da hoy la tecnología, inventen cosas nuevas, no se detengan en la pelotudez».

Su visión es que un texto pierda la autoría, que nadie sepa de quién es y que circule libremente, porque eso significa que «no importa el autor ni la autora, que lo único que importa es el mensaje. Y si el mensaje pervive, que el autor muera, está todo bien».

Inteligencia Artificial y la liberación de la autoría: «Que el autor muera, está todo bien»
Consultado respecto al impacto de la Inteligencia Artificial en la creación de textos, Casciari se mostró radicalmente abierto, sobre todo cuando ya está entrenada para escribir como si fuera Casciari: «Lo mejor que te puede pasar en la vida, o sea, que lo que uno hace se convierta en arcilla para que se hagan otras cosas, es casi como cumplir tu mayor fantasía». Su visión es que un texto pierda la autoría, que nadie sepa de quién es y que circule libremente, porque eso significa que «no importa el autor ni la autora, que lo único que importa es el mensaje. Y si el mensaje pervive, que el autor muera, está todo bien».

En línea con esta filosofía, reveló que ninguno de sus libros tiene copyright, permitiendo que cualquiera los use para lo que desee, incluso para generar ganancias. «Nunca jamás van a tener del lado mío un no o un obstáculo», afirmó.

La tecnología: De la sumisión editorial a la creación de comunidades
Casciari destacó cómo la tecnología fue fundamental en el desarrollo de su carrera. Ejemplificó que antes de internet, los escritores dependían completamente de las editoriales, que ofrecían contratos desventajosos (apenas un 10% de regalías). «Cuando llega internet, se pone mucho más divertido porque empieza a haber redes sociales y vos le decís a la gente, ‘Che, estoy escribiendo, vengan a leer'», relató.

Así fue como, a principios de los 2000, empezó a compartir cuentos semanales, desde España, lo que le permitió generar una comunidad de lectores. Esta «comunidad» o «engagement» es, para él, mucho más valiosa que la publicidad o los subsidios. «Tener gente que te siga es lo más importante», sentenció, comparándolo con el modelo de los influencers, tiktokers y youtubers de la actualidad.

El valor del equipo y el futuro de las profesiones: «No se pongan a laburar solos»
Un punto clave de su exposición fue la importancia de armar equipo en la creación de contenidos. A diferencia de los escritores solitarios de antaño, dijo que hoy es «importantísimo armar equipo». Su consejo para los jóvenes fue claro: «Júntense un diseñador con alguien que entienda de programación, con alguien que entienda de sonido, con alguien que entienda de imagen, con alguien que entienda de guión y ahí hacen algo».

En este sentido subrayó que los youtubers o tiktokers con millones de seguidores no trabajan solos, sino que cuentan con el apoyo de amigos del barrio, de la escuela o de la universidad. Y coincidió con la clase que esta colaboración es vital en un mundo donde las nuevas profesiones aún no han nacido y cambian constantemente.

«Ustedes eligieron o por lo menos están estudiando cosas que tienen que ver con la comunicación, y lo digo porque no entiendo casi de ninguna otra cosa más que de esta y porque me divierte desde que tengo 5 años. Les puedo asegurar que eligieron un oficio divertidísimo, que es alucinante, que está buenísimo pero ese oficio divertidísimo se puede poner muy oscuro si no lo hacen en compañía, si no lo hacen con otra gente», advirtió.

La Escuela Orsai y la invitación a la creación
Durante la entrevista, Casciari comentó que se encontraba en San Antonio de Areco, un pueblo que eligió para vivir por su similitud con el Mercedes de su infancia. Su proyecto principal es la Escuela Orsai, un sistema de talleres, cátedras y cursos de narrativa presenciales en Buenos Aires y virtuales, que abarcan desde novela y poesía hasta cómo hacer un podcast o un guion de cine.

Como gesto hacia los estudiantes, Casciari invitó a todos los presentes y a quienes no pudieron asistir a la charla a participar de forma gratuita en los cursos de la Escuela Orsai, pidiéndoles que se contacten con el profesor para coordinar su inscripción.

Finalmente, instó a los jóvenes a inventar y no conformarse con copiar, especialmente en esta etapa de sus vidas: «Entre los 16 y los 20 ó 21 es la mejor época para equivocarse todo el tiempo. No sean conformistas, no hagan cosas que les parezcan buenas y que hizo otro. Inventen ustedes porque están en la época de inventar, no están en la época de copiar».

La charla de Casciari con los alumnos de Mercedes no solo fue una oportunidad para conocer la trayectoria y las ideas de un escritor innovador, sino también una ventana a las transformaciones del mundo de la comunicación y un estímulo para las nuevas generaciones de creadores.

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