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De Lanús al corazón del blues: Claudio Cannavo compartió su historia junto al bajo que sostiene a La Mississippi

El bajista y miembro casi fundador de La Mississippi, Claudio Cannavo, estuvo en la ciudad de Mercedes y fue parte del programa radial “Llegaron Los Blues”, conducido por  Hernán Rivero en FM Santa María 88.1. Allí compartió su recorrido de más de treinta años con una de las bandas más representativas del blues argentino, pero también en un diálogo con este medio de manera previa reflexionó sobre su vida, su estilo de tocar, y el espíritu que lo mantiene firme como un pilar rítmico del rock nacional.

Cannavo llegó a Mercedes en el marco de una visita amistosa y cultural, donde además de sumarse al programa radial, se encontró con amigos, caminó por la ciudad y recordó visitas anteriores que lo marcaron. “Esta ciudad tiene algo especial. He venido muchas veces, tengo amigos acá, he pasado años nuevos, asados, sobremesas interminables. Recuerdo un sabayón de una heladería que ya no existe… pero el sabor sí quedó”, relató con calidez.

Durante la entrevista con este medio, previa a su paso por “Llegaron Los Blues”, programa que celebró recientemente sus diez años en el aire, Cannavo hizo un repaso por sus inicios musicales, que no fueron nada sencillos.

En plena dictadura militar, en la zona sur del conurbano bonaerense, un adolescente de Lanús armaba bandas de rock con amigos de barrio. “No había bajistas. Había torneros, almaceneros, algún baterista, pero bajistas no. Así que alguien tenía que agarrar el bajo… y fui yo”, contó entre risas. Aquella primera banda se llamó “Embrión de Pollo”, nombre que ya dejaba entrever una búsqueda experimental e irreverente.

“Fui a una prueba para reemplazar al bajista Alfredo Toth. Me preguntaron si sabía hacer ‘Walking’ y yo no tenía ni idea de qué era. No sabía leer partituras pero toqué, y Alfredo dijo: ‘Me voy, este es el bajista’. Y así empezó todo”

Con el tiempo, Cannavo exploró otros géneros y se adentró en una música más elaborada, “una onda Yes y Génesis”, como él mismo definió. Pero la vuelta al blues se dio con naturalidad. “Cuando empecé a tocar blues de vuelta, dije ‘esto es lo mío’. Acá me siento cómodo, esto es lo que quiero hacer”. Así llegó el llamado para formar parte de La Mississippi, una banda que ya empezaba a tomar forma en los años ‘90. El ingreso fue casi una escena de película: “Fui a una prueba para reemplazar al bajista Alfredo Toth. Me preguntaron si sabía hacer ‘Walking’ y yo no tenía ni idea de qué era. No sabía leer partituras pero toqué, y Alfredo dijo: ‘Me voy, este es el bajista’. Y así empezó todo”.

Cannavo también compartió su filosofía sobre el instrumento que lo acompaña desde hace más de tres décadas. “El bajo no es protagonista, pero sostiene todo. No siempre se ve, pero si no está, todo se cae. Es como un andamio musical”, explicó. Lejos de los virtuosismos llamativos o los solos de lucimiento, su enfoque está en el groove, la solidez, el sostén del conjunto.

Durante la conversación con Noticias Mercedinas, también rememoró encuentros con artistas fundamentales de la música argentina, como Pappo, Charly García, Spinetta y los músicos de Los Redondos, entre otros. “Yo soy más un investigador que un académico. Me gusta descubrir. Me guío por el oído, por lo que me vibra, por lo que funciona para la canción. El bajo no tiene que hablar más que nadie, tiene que decir lo justo, y a veces eso es lo más difícil”.

La visita de Claudio Cannavo dejó una impresión fuerte entre quienes lo escucharon en la radio y compartieron momentos con él. Su humildad, su calidez y su pasión intacta por la música lo convirtieron en mucho más que un músico reconocido: fue, por unas horas, un vecino más, un contador de historias con cuerdas gruesas, un hombre que entiende que la música no solo se toca, también se vive.

“Estoy muy agradecido con Mercedes, con Hernán y con la radio por abrirme este espacio. Y gracias también al blues, que me dio un lugar, un idioma y una forma de estar en el mundo”, cerró Cannavo, bajista de pies firmes y alma generosa, que sigue recorriendo el país con su bajo colgado, haciendo vibrar escenarios, estudios y corazones.

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