La Dirección de Protección Civil de la ciudad mantuvo una guardia permanente durante la jornada de la tormenta que afectó la región este sábado y domingo, reportando un saldo de escasas novedades de relevancia y una rápida respuesta ante los incidentes menores.
La coordinadora del área, María Agustina Loré, confirmó que la actividad se centró principalmente en la remoción de árboles caídos.
Según los datos suministrados por Loré, el volumen total de precipitación registrado fue de 55 milímetros, acompañado por ráfagas de viento que alcanzaron una velocidad máxima de 48 kilómetros por hora. Pese a la intensidad del fenómeno, el impacto directo en la comunidad fue limitado.
«Estuvimos de guardia con la tormenta. Tuvimos tres salidas por árboles caídos o por caerse, que se resolvieron a través de la Dirección de Espacios Verdes», explicó la funcionaria, destacando que ninguna de las situaciones representó un riesgo inminente para los vecinos. «Por ejemplo, en 18 y 31 lo solucionamos al ratito. Después de eso, no tuvimos más llamados ni avisos», concluyó la Coordinadora.
La baja cantidad de incidentes reportados sugiere que las medidas de prevención implementadas y la coordinación entre las distintas áreas municipales permitieron afrontar el temporal con eficacia, minimizando las consecuencias para la infraestructura y la seguridad de los ciudadanos.
Protección Civil se mantiene atenta a cualquier necesidad que pueda surgir post-tormenta, aunque la situación es de normalidad al cierre de esta edición.
