En una emotiva celebración litúrgica realizada este jueves por la noche en la Iglesia Catedral Basílica Nuestra Señora de las Mercedes, el Arzobispo Auxiliar, Monseñor Mauricio Landra, presidió la tradicional Misa de Navidad. Ante una importante concurrencia de fieles, el prelado centró su mensaje en el significado profundo del nacimiento de Jesús y la importancia de renovar la esperanza en el seno familiar. Concelebró la Misa el padre Juan Carlos Bouzou, párroco de Catedral que tiene nuevo destino en 2026.
«El misterio de nuestra fe incluye la encarnación; hoy entendemos el misterio en la Pascua. Es un bebé que necesita de una familia en Belén para nacer, y nos saluda con esta buena noticia todos los años», expresó Landra durante la homilía, vinculando la fragilidad del pesebre con la fortaleza de la fe cristiana.
El valor del testimonio y la figura de María
El Arzobispo hizo especial hincapié en la sencillez del compartir y la generosidad espiritual. «No tengo mucho, pero lo que tengo te lo doy. Lo tengo a Jesús y Él es para todos. Es testimonio y esperanza», señaló, recordando el mandamiento del amor y el anuncio de la salvación como ejes de la vida del creyente.
Asimismo, resaltó la figura de la Virgen María como el modelo máximo de fidelidad y oración. La describió como un ejemplo de amor en la creación y una testigo llena del Espíritu Santo. «A María la contemplamos rezando. Es el ejemplo de cómo vivir anunciando la buena noticia todos los días», afirmó, destacando el rol fundamental de María y José tras el anuncio del ángel.
Coherencia y compromiso misionero
Hacia el cierre de su intervención, Monseñor Mauricio Landra instó a la comunidad a trascender el formalismo de las fiestas para asumir un rol activo en la sociedad. Exhortó a los presentes a retomar la tarea de ser «anunciadores y misioneros» de la fe.
«Decir ‘Feliz Navidad’ debe hacerse con coherencia, compromiso y fe en Jesús», enfatizó, invitando a los mercedinos a renovar sus votos de fe y a vivir estas fiestas con un sentido de misión renovado.
La ceremonia concluyó con una bendición especial para las familias presentes, cerrando una jornada de profunda reflexión espiritual en el principal templo de la ciudad.
Tras encabezar la misa de Navidad en la Basílica Catedral, Monseñor Mauricio Landra brindó detalles sobre los movimientos en la curia y los lineamientos pastorales para el próximo ciclo en la Arquidiócesis de Mercedes-Luján.
Nuevos destinos
Monseñor Landra confirmó que el Arzobispo dispuso una serie de traslados sacerdotales que comenzarán a materializarse tras el receso de enero. El cambio más significativo para la ciudad de Mercedes es el del padre Juan Carlos Bouzou, quien dejará la Catedral para asumir una doble responsabilidad pastoral.
- Destino de Juan Carlos Bouzou: Asumirá como párroco de la parroquia Santa Elena de Luján y, en conjunto, de la parroquia San Carlos de Carlos Keen.
- Nuevo párroco de la Catedral: En reemplazo de Bouzou, llegará el padre Emiliano Aguirre, quien se desempeña actualmente como párroco de San Francisco en la ciudad de Junín.
- Cronograma: Se espera que las tomas de posesión y el inicio formal de los nuevos ministerios ocurran entre los meses de febrero y marzo.
Mauricio Landra instó a que la paz no sea solo una noticia lejana, sino una construcción diaria en las familias y en las conversaciones
Desafíos para 2026: Sinodalidad y misión en Chacabuco
Respecto a los objetivos de la Arquidiócesis para el año entrante, Landra destacó la profundización del camino de la sinodalidad (caminar juntos) iniciado en años anteriores.
El foco estará puesto en renovar el compromiso misionero y la formación catequética.
Una de las experiencias más destacadas del 2026 será una misión especial donde los sacerdotes de toda la arquidiócesis saldrán a misionar en la ciudad de Chacabuco durante la mitad del año. Además se retomarán diversos espacios de encuentro y formación, no solo orientados a la preparación de sacramentos, sino enfocados en la «catequesis de lo cotidiano».
Paz frente a la globalización de la guerra
En el contexto de los conflictos bélicos mundiales, Monseñor hizo eco del pedido de paz del Papa para la Jornada Mundial de la Paz del 1 de enero. E instó a que la paz no sea solo una noticia lejana, sino una construcción diaria en las familias y en las conversaciones. «Que no se globalice la guerra, sino la paz; debemos ser instrumentos de paz a través del diálogo y la escucha», concluyó el prelado.