Luego de la espectacular fogata encendida en La Trocha el domingo en conmemoración del año nuevo mapuche conocido como Wiñoy Xipantu, se viene otro gran fuego y en este caso en un barrio para celebrar “San Juan y San Pedro”, tradicional y religiosa fecha, este viernes.

Hoy se anunció que este viernes se festejará San Pedro y San Pedro en 26 bis y 105, en pleno barrio Santa Teresita, a partir de las 18 horas e incluyendo chocolate y facturas.

Mirta Pauli, la presidente de la sociedad de fomento del Santa Teresita, informó sobre las actividades y a su vez agradeció al intendente y la organización de la “completa” fiesta de aniversario de la ciudad de Mercedes del lunes pasado. “Yo entregué una plantita el día del desfile en agradecimiento por el programa ‘Más y Mejor trabajo’, que en agosto volvemos a empezar con cursos de poda, injertación, aromáticas, e invernadero, entre otros que se pueden hacer”, dijo Mirta Pauli.

En tanto, sobre la celebración que harán mañana en el barrio, comentó: “Esto de la fogata lo hacemos todos los años por los santos bíblicos, y es una fiesta que se ha hecho en otras oportunidades. Los chicos hacen un muñeco, hacemos una fogata y los prendemos fuego. A todos les encanta, ya que los grandes nos acordamos de lo que hacíamos cuando éramos chicos”.

Además, destacó que estuvieron moviéndose en la difusión, entre la gente del barrio y los chicos, para conseguir participación. “Pusimos afiches en el barrio. Los chicos ya saben, lástima que ayer no hubo clases. Pero este viernes en la calle estaremos haciendo esta fogata con todos los niños, que el año anterior al pasado trajeron 8 muñecos, el año pasado 10 y creemos que en este habrá mas. Nos juntaremos alrededor de la fogata y compartiremos chocolate y facturas”, aseguró Mirta Pauli.

La celebración
Según la creencia popular -de corte pagano- en estas noches mágicas de San Juan y San Pedro se produce la comunicación entre el mundo profano y el mundo sagrado, y se cree además que suceden milagros pequeños: “confraternizan ricos con pobres, se comparte la cena con desconocidos, las niñas sueñan con quien ha de desposarlas, y las viejas enseñan los ritos que curan el mal de ojo y el empacho, cuyo poder efectivo sólo entonces puede transmitirse”, tal cual se cita en La Biblia Online.

“El sentido purificador atribuido al fuego, se mezcla con el rito estival (entre nosotros invernal) de la fogata de San Juan. Del mismo modo, para la misma época del año, el martirio de los santos Pedro y Pablo se confunde con las ordalías en que se quemaban presuntos cómplices del diablo. La muerte de los Apóstoles por crucifixión y decapitación se asocia de este modo, en el rito de la fogata, con el sacrificio en la hoguera. Así, en lo alto de la «fogarata» no suele faltar "el muñeco", una figura humana hecha al modo de los espantapájaros, que es quemado como expiación colectiva, o para rendir homenaje a mártires inocentes. Hasta suele atribuirse festivamente al muñeco, la identidad de algún vecino del barrio, como signo de popularidad (o a veces de agravio)”.

“Es una fiesta pagana y religiosa, que sigue vigente en los barrios y en el interior, es para muchos una tradición querida que enlaza con la sacralidad tan primitiva como auténtica del ritual del fuego; en definitiva, expresa el anhelo de trascendencia que -a veces sin sospecharlo- tenemos todos los hombres”.