AUDIO José Bonaparte

Con mucho para decir, didáctico, jovial y siempre activo, el sabio paleontólogo y fundador del Museo “Carlos Ameghino” ofreció una charla breve pero saliente y reveladora, ante un público cautivo de sus palabras y admirador de su trabajo, durante la presentación del libro publicado por el Fondo Editorial Mercedes y de autoría conjunta con la arqueóloga Laura Migale.

Sobre los materiales rescatados hace casi 60 años, uno de los protagonistas de “Arqueología, de Cañada Honda y Río Areco en Baradero Buenos Aires”, en primera persona y como investigador de este sitio, dejó algunas certezas y muchas enseñanzas, para quienes lo escucharon absortos en una de las salas del Complejo Ameghino Marín.

Tras la reseña del libro dada por Migale, Bonaparte señaló que cuando se comenzó a vincular nuevamente al museo de Mercedes, hace 2 años y medio, sintió la necesidad de tratar de publicar en forma didáctica sobre el yacimiento de Cañada Honda trabajado entre 1948 y 1955 aproximadamente.

“Me pareció que era urgente publicar esto porque se trata de un yacimiento excepcional dentro de la provincia de Buenos Aires, y no se puede retener el material sin tratar de interpretarlo globalmente. Para mí fue una necesidad urgente dedicarme a trabajar junto con Laura en la temática del paradero de Cañada Honda”, comentó.

A continuación, el antropólogo señaló que ya había hechos varios trabajos antes de irse a Tucumán, en el año 1959: “Incluso se publicó un primer informe en el cual se señalaban los rasgos fundamentales de los materiales que había”, dijo y destacó, en este caso, la colaboración del municipio para hacer posible editar esta síntesis actual en formato de libro.

Para Bonaparte, fue “edificante” la experiencia de trabajo conjunto con Laura Migale: “Hemos confrontado dos maneras muy distintas de analizar las cosas. Los arqueólogos tienen básicamente una escuela cultural de formación; en cambio los paleontólogos como en el caso mío, que me he dedicado a trabajar con faunas mezosoicas, estamos orientados por una escuela evolucionista. Los arqueólogos en su mayoría hacen interpretaciones culturales de los distintos lugares sin prestar demasiada atención a la parte histórica de lo que están descubriendo, señalando o analizando”, planteó.

"El Delta estaba todo bajo agua, ha sido erosionado y el que tenemos hoy son depósitos recientes, de 3 mil años a la actualidad. Las poblaciones que han ocupado el Delta, la costa del río Baradero, el Paraná de las Palmas, el río Areco, el río Arrecifes sección baja, se han establecido ahí desde hace relativamente poco tiempo, por lo que son diferentes a los restos humanos que ha encontrado Ameghino en el arroyo Frías y a lo mejor tienen 12 ó 13 mil años de antigüedad”, comentó Bonaparte

Bonaparte marcó además que en este libro se ha incluido por primera vez cómo hubiera sido la historia de los pobladores ribereños que han estado supeditados al medio ambiente en que vivían: “A medida que este iba cambiando ellos también iban cambiando. Por ejemplo hace 7 mil años se comenzó a elevar el nivel del mar, y las aguas salobres del Río de la Plata también elevaron su nivel, según las interpretaciones de geólogos, en 12 metros. Al elevarse el nivel la línea de costa cambia y los pobladores ribereños tienen que retirarse de los lugares que habitaban y adecuarse a las nuevas áreas costaneras que se formaron. Posteriormente, cuando esa ingresión marina fue retirándose, la línea de costa fue cambiando y los pobladores ribereños van siguiendo las nuevas costas. Ese fenómeno se ha producido en esta área noreste la provincia que ha sido muy inundada por las aguas durante la Ingresión Marina Querandinense. Esta alteró los hábitats de los pobladores de la región y se verificó hace 7 mil años, pero no de un día para el otro, sino demorando unos 3 mil años en alcanzar el máximo de nivel y otro tanto en retirarse. La historia de estos habitantes tiene estos antecedentes, sus antecesores han debido adaptarse a las condiciones cambiantes de la geografía. El Delta estaba todo bajo agua, ha sido erosionado y el que tenemos hoy son depósitos recientes, de 3 mil años a la actualidad. Las poblaciones que han ocupado el Delta, la costa del río Baradero, el Paraná de las Palmas, el río Areco, el río Arrecifes sección baja, se han establecido ahí desde hace relativamente poco tiempo, por lo que son diferentes a los restos humanos que ha encontrado Ameghino en el arroyo Frías y a lo mejor tienen 12 ó 13 mil años de antigüedad”, comentó Bonaparte, tal libro abierto viviente sobre “Cañada Honda”.

Así fue que señaló que en esta perspectiva del estudio de Cañada Honda hay antecedentes que tienen que ver con la existencia de ese paradero en ese lugar: “Descubrimos 7 paraderos y explotamos solo uno, pero en la actualidad hay especialistas que se han interesado para comenzar a trabajar otros paraderos de esa región, que son muy interesantes porque tienen mucho que ver con la llegada de los españoles”, señaló.

La lucha contra los españoles
Didáctico, luego el paleontólogo se explayó sobre la lucha entre aborígenes organizados e invasores españoles, a los que derrotaron, tras la primera fundación de la Ciudad de Buenos Aires: “Hay unos relatos muy sólidos que sugieren que este grupo de indígenas que los españoles llamaron Querandíes, eran pobladores ribereños que vivían mayormente de la pesca y que hacían harina de pescado que le obsequiaban a los españoles los primeros días de su llegada. Los recibieron muy bien, les llevaron comida, pero cuando dejaron de hacerlo los españoles reaccionaron violentamente y terminó todo en la refriega con el incendio de la Ciudad de Buenos Aires, que había fundado don Pedro de Mendoza. Esta refriega fue muy sangrienta, comandada por Diego de Mendoza, hermano de Pedro. Se trasladaron varios miles de soldados españoles hacia el noreste para exterminar a los indígenas que habían incendiado Buenos Aires. Las naciones indígenas que se aliaron para incendiar Buenos Aires eran Charrúas, Chaná Timbú, Querandíes y Guaraníes. Eso da la pauta de que entre esas tribus había un entendimiento, una especie de relación, ellos se defendían en forma común ante el ataque del invasor. Lejos de ser tribus integradas por brutos o salvajes, se ve que entre esas naciones aborígenes supieron coordinar un ataque a Buenos Aires que lo exterminó. La ciudad debió ser refundada. Esos temas ha sido interesante enfocarlos, porque por ejemplo las boleadoras que encontramos en Cañada Honda a lo mejor han sido usadas durante la refriega con los españoles. Y quién sabe si una de ellas no es la que mató a don Diego de Mendoza”, dijo.

Extinción e intelectualidad
Además señaló otros datos de interés, como la primera extinción aborigen realizada por los españoles en estas tierras. En esta sentido marcó “la desaparición de los Querandíes, que como unidad étnica desaparecen tras la refriega”: “Sería el primer grupo étnico que extinguen los españoles”, aseveró Bonaparte.

Además, habló sobre las características intelectuales de estos aborígenes a partir de sus manifestaciones artísticas, cuando se analizó la cerámica que produjeron: “Creemos que hay algunos diseños básicos, que están presentes en otras culturas, el diseño de la greca si se quiere es universal, pero por ahí se encuentran restos de cerámica con un diseño muy especial, y eso nos hace reflexionar que en esas poblaciones había individuos con distinto desarrollo intelectual, y si bien a lo mejor la mayoría se dedicaba a repetir los diseños tradicionales había otras personas con capacidad para hacer cosas nuevas. Nos enfrentamos con una realidad que nos indica que dentro de los grupos aborígenes había heterogeneidad intelectual, no eran todos de un nivel determinado. Esto lo decimos en el libro y es novedoso en los trabajos arqueológicos, que en su gran mayoría están dirigidos a describir una cosa. Por ejemplo, de Cañada Honda se ha publicado un trabajo sobre los restos de cocina, otro sobre las puntas de flecha, pero eso aparece desconectado del contexto. Y el contexto no es solamente los restos arqueológicos, es el hábitat, es la historia del hábitat. A lo mejor algún otro arqueólogo toma esto como ejemplo. La cosa tiene que ser tratada en su aspecto global para darnos cuenta de la significación que tiene”, concluyó Bonaparte. Entonces hubo un pequeño silencio y un aplauso vigoroso surgió de los presentes como agradecimiento a tamaño aprendizaje prodigado en unos pocos minutos.