Hernán Iribarren vivió ayer una pesadilla: a las trompadas lo subieron a un auto en el que le exigieron dinero que no tenía y, luego de otra golpiza con el vehículo en movimiento, lo abandonaron en estado de shock. Sólo le robaron su alianza matrimonial. “Siento rabia e impotencia”, contó hoy a NOTICIASMERCEDINAS.COM, todavía afectado por el hecho.

Iribarren regresaba de su trabajo en la Escuela Técnica Nº 2, de Gowland. Cerca de las 13 horas, una compañera lo dejó en 2 y 11, desde donde comenzó a caminar por la calle 9 hacia su domicilio. Pero a la altura de la 102 bis se le acercó un Renault Clío blanco, del que se bajó un fornido delincuente.

“Era un ropero, me pidió plata y cuando le dije que sólo tenía diez pesos me golpeó en la boca del estómago y cuando me doblé por el dolor me agarró de la campera y me metió en el auto boca abajo”, relató. Manejaba otra persona que Iribarren no alcanzó a ver mientras transitaban por calles de tierra y recibía más puñetazos, esta vez en la espalda.

“Largalo y nos vamos”, le dijo el conductor al “ropero”, quien abrió la puerta y empujó a Iribarren con violencia fuera del vehículo en inmediaciones de 11 y 126, a unas quince cuadras. “Quedé tirado en el piso de tal manera que no me podía ni mover, ni sabía dónde estaba”, indicó la víctima y añadió que, todavía en estado de shock, empezó a caminar hasta ubicarse y llamó a su esposa.

Al llegar a su casa, advirtió que los atacantes le habían sustraído su alianza matrimonial. Por la tarde realizó la denuncia policial, volvió junto a los efectivos al lugar de los hechos y fue atendido en el Hospital Blas Dubarry, por los golpes recibidos.

 

 

 

* Los comentarios serán moderados y su permanencia depende de su contenido. 

 

 

Tweet

 

 

ATENCIÓN: No se autoriza el uso de material publicado en este sitio a medios de comunicación comerciales de cualquier tipo, cuando este no sea solicitado con anterioridad al editor. Para pedirlo, envíe un mail o comuníquese por teléfono y aguarde respuesta.