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22/01/17
Las cifras redondas… 10 años desde el día en que Martín partió de este mundo (cómo cuesta decir murió); y la memoria, a veces traicionera, me hace sentir el deseo de recordarlo, pero no en soledad, y entonces se empujan los recuerdos por aparecer, y otros se escurren, se van… Hace unos días me encontré con alguien que había sido su paciente, y me cuenta (con una inocencia muy propia): “Martín me puso este diente provisorio, hace treinta años…y todavía lo tengo… pero no cobraba, me regaló el arreglo…” No era tan así, porque la verdad, siempre vivimos de nuestro trabajo; pero sí trae esa actitud crítica que Martín tenía hacia las profesiones liberales, él deseaba una odontología social, accesible para todos, y no un negocio vil, a veces (esto último lo digo yo). Pero vuelvo a esas imágenes que aparecen, para recordar a Martín pequeño, estudiando comics por correo, o al que hacía Teatro: actuaba, hacía la escenografía, dirigía… al que estudiaba odontología (cuando su deseo no cumplido fue estudiar cine) y trabajaba; y la Casa de la Juventud, y la docencia, y la Juventud Peronista; y la cárcel (porque un sector de la iglesia y de la sociedad mercedina lo señaló), y porque la represión ya era imparable. Y me viene la imagen de Magdalena dando sus primeros pasos para su padre, en Sierra Chica… o Martín bautizando a Sebastián en una ambulancia que lo llevaba, recién nacido hacia La Plata… Y la imagen de Martín construyendo juguetes para sus seis hijos, cambiando pañales, cocinando… porque a pesar de que venía de una matriz machista, había comprendido, y lo hacía, que la casa es un lugar compartido… Y Martín pintando cuadros, y otra vez la militancia (obstinadamente peronista), acá en Mercedes, junto a los compañeros que volvían, junto a la memoria de los que no regresarían. El 90 lo encontró en Bariloche: CTA, Frente Grande; Fre PaSo, FreNaPo… cuántas siglas… cuántas frustraciones (digo yo); y los hijos creciendo, haciendo música, y él escribiendo letras: “Quién te ha dicho viajero, que siempre nieva agua cristalina…” Y ya voy cerrando: otra vez Mercedes; lo trajo con algunas cosas, en un tráiler un compañero (y amigo) de la lejana militancia en Barrio Evita: Mecha Ramírez, y Mari; para mí un signo maravilloso de un círculo que crece, y a veces se abre, y a veces se cierra. Ya no retomó su profesión, y se dedicó de lleno a la Comisión por la Memoria; yo creo que él sentía una responsabilidad casi paternal, por esos compañeros y compañeras que ya no estaban; por eso elegí esta foto, donde está con Mabel, los dos vivieron en carne propia la Dictadura, pero quedaron para ser testigos, y eso hicieron (como muchos otros); y Martín cerró su círculo (quién sabe dónde lo abrió nuevamente…). Me quedan muchas frases de Martín (tenía el don de sintetizar intuitivamente), pero hay una a la que siempre recurro cuando estoy confusa (bastante habitual en mí): “TRAZO GRUESO, como el que pinta un cuadro… después el detalle”. La historia, personal y social, está hecha de luces y sombras, algunos eligen definitivamente la oscuridad. Otros, con contradicciones a cuestas, tratan de vivir en la luminosidad, la transparencia: ahí estuvo Martín. Virginia Altube, 21 de enero de 2018 (escribí porque alguien a quien quiero y respeto mucho, muy joven, me lo sugirió).
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