En el pueblo turístico de Carlos Keen, partido de Luján, las girgolas, un tipo de hongo con una importante riqueza nutricional, se saborean de diferentes formas: en escabeche, en panes y en almíbar, acompañadas por crema o helado.
A diferencia de otras variedades como los portobellos, champignones y hongos de pino, las girgolas “tienen una consistencia más parecida a la carne y por ejemplo se puede hacer en milanesa” explicó Leandro Hernández, quien está al frente del “Mirando al Sur”, establecimiento al que pueden hacerse visitas guiadas para conocer de cerca el proceso de producción.
Este tipo de hongo se caracteriza por su alto valor nutricional ya que contiene una gran cantidad de vitamina A y C, es fácil de digerir y además produce una importante sensación de saciedad según detalló este productor que comenzó con su emprendimiento en 2001 cuando se mudó a esa pequeña localidad.
Con respecto a las diversas formas de degustar las girgolas, las hermanas Julia y Belén Códega, dueñas de la Casa de Té “Cinco sentidos”, describieron sus dos modos de elaborarlas: “En la versión dulce hacemos las girgolas a la naranja, la verdad tiene mucha aceptación por parte del público. Tiene la textura y el gusto muy parecido a lo que es un higo en almíbar, la naranja le da un plus y ayuda a realzar el sabor de la girgola. Nosotras las servimos con crema o con helado. También las hacemos en pancitos salados para acompañar quizás alguna picada o cerveza”.
Esas propuestas gastronómicas pueden degustarse sábados, domingos y feriados desde las 10 hasta las 20.
Otra opción es la que sugiere “La Casa de la Ñata”: “Un escabeche de girgolas que es recontra sencillo: es cebolla, morrón y zanahoria, los pongo a cocinar bastante con un poco de laurel, sal y pimienta, les pongo las girgolas cortadas en juliana, vino blanco, aceite de oliva, y ya están. Aparte esta preparación la podés usar para un montón de cosas: para salsa, para hacer una tarteleta, lo que sea. En el restorán además de servirlas en escabeche, las servimos en salsa para las pastas”, explicó Miriam Darán, quien desde hace ocho años lleva adelante este negocio familiar que puede visitarse los viernes por la noche; sábados, al mediodía y a la noche; y domingos y feriados al mediodía.
El pueblo de Carlos Keen ofrece sabores novedosos en un marco natural y rural de absoluta tranquilidad.