Por Fernando Viloria
El sábado 6 de octubre recorrer la fauna rockera que asistió al Rock en El Galpón pudo contemplar cómo P-gamento tocaría después de 24 años en la ciudad. Hubo una reunión antes en un festi punk en No Problem de Gowland pero muchos no pudieron asistir y solo fueron 3 temas.
Esta vez los andenes de La Trocha eran un túnel del tiempo a los añorados 90. Hubo caras familiares, sonrisas cómplices, más canas y menos pelos, hijos pero la esencia y mañas intactas.
Fueron la segunda banda de la noche, con luces blancas, rojas y azules a lo Ramones, el cantante El Clavo con un sombrero al estilo «La Naranja Mecánica», un guitarrista que pasó al bajo, El Kara, que castigó con igual intensidad las 4 cuerdas. Su sobrino se sumó en la guitarra, Franco Colombo (guitarrista de Maldito Martes y bajista en Rechifle, la banda de Nahuel Fusco) y Eduardo Torres en batería (también de Maldito Martes).
Esta sangre joven resucito ese punk roock rabioso y desenfadado que pinta historias de la calle y la noche. Sonaron para un numeroso público que asistió con curiosidad de verlos nuevamente sobre un escenario, los siguientes temas: «Pegamento», «Amigos», «Mi barrio», «Hermano», canción que El Clavo escribió al Peca, bajista de la banda ya fallecido. Momento emotivo y muy aplaudido. Luego continuaron con «No hables», «Wiski y ansiedades», «Mienten» y cerraron el show con la canción «El Encierro», tema que quedó registrado en un compilado en casete del MERCEDES ROCK 94, cuando las bandas fueron grabadas por El Miyo, histórico guitarrista de Luján y sonidista de La Renga.
Fue una celebrada vuelta de puro punk rock minimalista y sin pelos en la lengua.