La arquidiócesis de Mercedes ya tiene a cuatro nuevos servidores en sus comunidades: Osmar Branchini, Arnoldo Rea, Javier Litardo y Mario Segura fueron ordenados diáconos este viernes 26 por la tarde, en una misa en Catedral celebrada por el arzobispo de Mercedes-Luján, monseñor Agustín Radrizzani. El obispo auxiliar, monseñor Jorge Eduardo Scheining, concelebró la importante actividad a templo colmado.
La ceremonia fue acompañada por las familias de los diáconos permanentes, sacerdotes de la diócesis, tres diáconos recientemente ordenados, los seminaristas del seminario «Santo Cura de Ars», y la comunidad en general.
Se supo que los diáconos permanentes continuarán sirviendo en sus parroquias: Branchini en San Andrés Apóstol, de la localidad de San Andrés de Giles; Rea en la parroquia San José; Litardo en la catedral Nuestra Señora de las Mercedes; y Segura en la parroquia San Vicente; las últimas tres en la ciudad de Mercedes.
A la hora de su homilía, tras la lectura del Evangelio, Radrizzani destacó que «Dios nos llama a ser servidores sin cansancio», y «por eso somos pacientes, comprensivos, sin mostrar hastío».
También dijo que lo importante es escuchar con fe: «Estos hermanos estarán disponibles para escuchar, acompañar y obrar con fe», dijo a los diáconos y les pidió ser «signos y portadores de amor para quienes nos rodean».
Luego les preguntó a los cuatro por su disposición en la tarea que llevarían adelante en varias consignas, entre las que habló del espíritu de oración y de servicio «imitando el ejemplo de Cristo».
Los cuatro se postraron y vinieron las letanías.
Luego vino el rito central con la imposición de manos de parte de Agustín Radrizzani confirmando el ministerio a los diáconos.
Pidió al Señor por estos nuevos servidores en el ministerio para que lo ejerzan con «obediencia, pureza y sencillez», perseverando «firmes y constantes en Cristo»
Y luego cada familia revistió a los diáconos con sus vestimentas y atributos con gran emoción, mientras que el arzobispo le obsequió a cada uno un Evangelio de Cristo. Y le dio a cada uno junto a todos los obispos presentes el saludo de la paz.
Sus hijos hicieron las ofrendas en otro emotivo momento. Y llegó el principal espacio de la misa con la consagración de las especies por parte de Radrizzani, ya con los diáconos recientemente ordenados concelebrando en el altar junto a la gran cantidad de obispos y sacerdotes presentes. La eucaristía sucedió y luego de la meditación cada uno de los nuevos diáconos pudo hablar y agradecer a quienes los acompañaron en este camino, con «cariño y oraciones», tal cual dijo Branchini. Rea lo sucedió y remarcó «el regalo» que le dio Jesús, que «es para dar». Segura también agradeció la compañía y destacó la ayuda de muchos en su camino, especialmente a su esposa y sus hijos. Y Litardo tuvo palabras similares, señalando que «la primera iglesia está en la familia».