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Confesiones de Atilio Veronelli, en Mercedes

El domingo se presenta con su espectáculo unipersonal en SABA. Mantuvo un diálogo con este medio. “Me gusta actuar, escribir y dirigir, y sino no puedo hacer eso no vivo. Por más que vengan cinco Macri juntos no se me ocurre dejarlo”, dice.

En la previa de su presentación en SABA Centro de Arte, este domingo, con su unipersonal “Confesiones de un hombre separado”, el actor, guionista y director Atilio Veronelli (59) mantuvo una entrevista con este medio, expectante con su llegada a Mercedes para actuar por primera vez en esta ciudad en su larga carrera.

“La vengo haciendo a hace siete años a esta obra. Pasé por muchas ciudades de Argentina, por Chile y Bolivia. Incluso estuve en Universidades”, cuenta Veronelli sobre “Confesiones…”, que narra “la historia de los hombres, que nos pasa cuándo nos separamos después de muchos años de estar casados y tenemos que aprender todo de cero. Lavar la ropa, hacer las compras, uno incluso aprende de cero a relacionarse con el sexo opuesto, o el uso de las redes sociales”.

“Hay una máxima que dice que tragedia más tiempo es comedia. En el momento de la separación todo es terrible, pero después cuando pasa el tiempo y uno lo cuenta es gracioso. Sobre todo porque si uno no se ha separado tiene a alguien que conoce que se separado. Y las mujeres se mueren de risa de lo que cuento de los hombres, y los hombres de lo que digo de las mujeres”, dice el actor.

– En el teatro lo que hace efectiva la llegada al público es la identificación con los personajes…

Aquí no pasa tanto por el personaje, sino que cuando las cosas son buenas tocan en el inconciente colectivo. Uno habla de cualquier cosa y sucede, incluso hay unos diez minutos en los cuales hablamos de los pedos. Todos tienen la misma referencia, hablamos de algo que muchos compartimos pero de lo que muchos no hablamos. He tenido siete años para perfeccionarlo y este espectáculo es una maquinita de hacer reír. No lo quiero dejar de hacer por lo que le pasa a la gente. Tengo ya dos nuevos espectáculos preparados pero no los estreno porque me divierte tanto lo que pasa con este que lo sigo haciendo.

– En 7 años todo se ha ido modificando desde lo económico y social e incluso ha tenido su impacto en el teatro, la posibilidad de salir de gira y llevar espectáculos al interior. ¿Cómo lo vivís?

Justamente esta última gira es en lugares independientes, con precios muy bajos. Yo soy panelista de un programa político y veo lo que le pasa a la gente, tengo demasiada información sobre lo que le pasa, lo mal que está. Si yo quiero que la gente venga al teatro no le puedo pedir a alguien que no llega a pagar la luz que pague 400 ó 500 pesos la entrada porque es una salvajada. Prefiero tener mucha gente con una entrada barata que 20 con una entrada cara. Por eso elegimos salas independientes, de otra manera dejaríamos casi el total de la recaudación. Pero no lo veo como un negocio, yo vivo con lo que hago en televisión. Ayer se murió Stan Lee, el dibujante de Marvel, quien tenía casi 90 años y seguía dibujando sus personajes, vivía de eso, no por una necesidad económica. Y a mí me pasa algo similar: me gusta actuar, escribir y dirigir, y sino no puedo hacer eso no vivo. Por más que vengan cinco Macri juntos no se me ocurre dejarlo.

¿Cuál sería tu meta de realización personal en el teatro, la actuación, el cine o la tv, en escena, a poco de cumplir 60 años?

Ya no hablo de esas cosas, no trazo metas. Cuando era joven pensaba ganar el Oscar antes de los 28, pero ya no se dio. Cuando uno está muy pendiente de la llegada se pierde el camino y a mí me divierte mucho el camino. No tengo metas, tengo una función en Ranelagh el viernes, una en Ciudadela el sábado y otra en Mercedes el domingo. Si bien estoy ansiosísimo por lo que va a ocurrir en Mercedes el domingo, no me quiero perder lo de Ranelagh. No me quiero perder el día de hoy y el de mañana. Mis enfermedades y mis postraciones me han enseñado que uno no sabe. No tiene comprado nada. Ni el tiempo. Por ahí termina esta comunicación, me da un ataque cardíaco y termino frito. Es mejor gozar de la vida y hacer las cosas que uno quiere mientras puede sin proponerse un resultado o meta. Siempre hay algún boludo en la tele que aparece a fin de año y dice que es tiempo de hacer un balance. Balances hacen los contadores. El 31 de diciembre y el 1 de enero es lo mismo. El sol sale y se pone por el mismo lado siempre.

– Bueno, entonces el domingo la invitación es en SABA

Los espero a todos. Quiero conocer Mercedes, he pasado con el auto pero no lo he conocido. Quiero conocer a la gente, tras la función quien quiere se queda, nos sacamos fotos, charlamos. Los espero a todos el domingo.

La obra
“Confesiones de un hombre separado” es un unipersonal donde Atilio Veronelli analiza con humor las distintas circunstancias que debe vivir un hombre casado cuando deja de serlo. Desde las primeras discusiones con la esposa, hasta las manías típicas del hombre que vive solo, pasando por los criterios de selección de separados y separadas, las idas al supermercado, al albergue transitorio, las citas vía internet, y los levantes en las redes sociales.

La realidad vista y descripta por el cerebro masculino, y su contraposición, la visión femenina de las cosas, en un divertido monólogo de hora y veinte de duración, donde la participación del público, es también parte del “choú”. “Confesiones de un hombre separado”, todo lo que los hombres piensan y no dicen dicho por un hombre que dice lo que su mujer le ordena.

«CONFESIONES DE UN HOMBRE SEPARADO»
DOMINGO 18 DE NOVIEMBRE, 21 HORAS
SABA CENTRO DE ARTE
CALLE 41 ENTRE 20 Y 22
La sala cuenta con Servicio de bar para combinar teatro y algo rico.
Reservas al 2324 461434.