En la parroquia San Pedro Apóstol este sábado por la noche con una misa presidida por monseñor Agustin Radrizzani, asumió quien fuera párroco en la Iglesia Catedral de Mercedes, el presbítero Federico Lagoa.
En su provisión de oficio se lo designó a Lagoa en esa comunidad por parte del arzobispo, como párroco por el término de seis años.
«Le encomendamos continuar el camino de su antecesor, la atención de los más pobres, necesitados y de los enfermos», sostuvo Radrizzani a través de un escrito en la previa de la promesa, que fue leído por el padre Agustín Fernández.
Ante un templo colmado y con muchos mercedinos que se llegaron a la vecina ciudad bonaerense para acompañar a Lagoa, la ceremonia contó con importante presencia de sacerdotes, entre los que también estuvo Juan Carlos Bouzou, actual párroco de la Basílica de Mercedes.
Lagoa recibió de Radrizzani el libro de los Evangelios y el sacerdote designado procedió a su proclamación ante la asamblea.
Radrizzani destacó que «los cambios revitalizan a las comunidades» e indicó que la llegada de Lagoa, oriundo de Chivilcoy, era mas que importante. A su vez el arzobispo recordó su paso por Neuquén, «en las manos de Dios», y saludó la presencia del intendente Britos, en la primera fila del templo. Además pidió ayuda a la comunidad para Lagoa.
Luego el sacerdote hizo su profesión de fe y su promesa de fidelidad en el ejercicio del ministerio que le fue confiado, y recibió aplausos.
Tras la eucaristía, monseñor Radrizzani entregó a Lagoa la llave del Sagrario del templo, y volvieron los aplausos.
Al cierre de la ceremonia, fue el turno de Lagoa de decir unas palabras. «Agradezco a Dios todo este tiempo, lo que estoy viviendo», dijo y compartió su alegría de volver a su comunidad, algo que, dijo, nunca pensó. Luego nombró uno a uno a los sacerdotes presentes, detallando sus procedencias y puestos en cada parroquia o comunidad de la arquidiócesis.
«Cuando me dijeron que venía a Chivilcoy pensé en mi familia, en mi infancia, mis amigos de siempre, la ciudad en que he nacido», agregó Lagoa y mencionó lugares de su infancia y adolescencia, mencionó a varios de sus antecesores en la Iglesia local y recordó a sus discernimientos y dudas vocacionales en sus comienzos. Asimismo, se mostró muy a gusto en su cumpleaños 16 de celebrar su primera misa en el mismo lugar en que hoy asumía.
Saludó especialmente a todos los mercedinos y destacó su formación en el Seminario y su sacerdocio en San José y en Catedral. En este punto se emocionó y le costó seguir con sus palabras.
Al término de la ceremonia hubo un ágape a la canasta en el atrio.