Más fiestas, más alegría, una alegría que nadie nos puede quitar, porque esta Pascua cuya Octava hoy finalizamos se prolonga hasta el 9 de junio, con la fiesta de Pentecostés. Son 50 días en que prolongamos la alegría de Jesús gloriosamente resucitado. No cualquier alegría, sino este sabernos resucitados con El. Saber que El ha vencido a la muerte, y verlo a El como Cristus Niqué: Cristo Vencedor.
Y este vencer de Cristo es a la muerte y vencerla para siempre, para que tengamos vida y vida en abundancia. De allí que eso que El había anunciado: “Les traeré una alegría que nadie se las podrá quitar”, nos viene especialmente a la memoria en este tiempo.
Hemos finalizado la Octava, seguimos la Cincuentena Pascual. Son 50 días a la espera de la efusión de Dios Espíritu Santo. Todo este tiempo de dar gracias a Dios por lo que se ha podido vencer, trabajar y sepultar durante la Cuaresma. y de modo particular el Jueves y Viernes Santo para ver resucitar al hombre nuevo el Sábado de la Gloria y Domingo de Pascua. Es una alegría tiene que permanecer en nosotros, en gestos, en acciones, en actitudes palpables y visibles.
Que en este camino nos acompañe la Santísima Virgen de Luján. Que también, a quien llamamos Causa de Nuestra Alegría, nos traiga y nos muestre este alegría que nadie nos puede quitar.