Inicio Sociedad Radrizzani en el Te Deum señaló el “aumento de la pobreza” y...

Radrizzani en el Te Deum señaló el “aumento de la pobreza” y la “falta de trabajo”

Esta mañana se llevó adelante en la Basílica Catedral Nuestra Señora de las Mercedes el Solemne Te Deum del que fue parte el intendente municipal Juan Ignacio Ustarroz, en una ceremonia que fue presidida por el arzobispo Agustín Radrizzani y concelebrada por el cura párroco Juan Carlos Bouzou.

Después del Te Deum el arzobispo, el intendente y muchos de los que participaron en la celebración visitaron la cripta de la Catedral Basílica. Allí Juan Ignacio Ustarroz hizo una ofrenda floral sobre la urna de Don Saturnino Unzué. Y el arquitecto Doratti ofreció en una breve charla algunos detalles del histórico lugar y el patrimonio allí presente.

En su homilía, Radrizzani en este 25 de mayo recordó que tras la instalación de la Primera Junta “la celebración del Te Deum en las distintas iglesias del país fue la forma que, juntos, gobierno y pueblo, tuvieron para recordar a los hombres que llevaron adelante la gesta de mayo de 1810”.

“Esta tradición ha llegado a nuestros días. Tradición que no solo debemos mantener, sino fomentar y acrecentar para memoria viva de nuestros antepasados y ejemplo a las generaciones futuras. Un pueblo debe honrar sus tradiciones. Al hacerlo honra y recuerda a aquellos que nos precedieron, sus luchas y desvelos. Se honra el pasado pero también el presente y el futuro”, dijo Radrizzani y pidió dar “gracias por el don de la vida, por los valores de solidaridad y por el compromiso hacia el esfuerzo y el trabajo que adornan a la gran mayoría de los ciudadanos de esta bendita Nación, quienes directa o indirectamente, con recta intención, buscan el bien común”.

En tanto, llamó a “reflexionar sobre nuestro presente y proyectar juntos, en común unión, una Argentina que tenga en cuenta a todos, prestando especial atención a los niños nacidos y por nacer, a sus madres, a los adultos mayores y los desamparados”.

Y llamó a “trabajar denodadamente para que se reconozca la dignidad de la vida humana desde el comienzo de su concepción pasando por todas las etapas de su desarrollo”. Asimismo, convocó a “trabajar para el reconocimiento pleno de la dignidad e igualdad de la mujer y el varón, y para que se implementen acciones tendientes a encarar las causas de la violencia hacia la mujer generando nuevas pautas de conductas basadas en el respeto mutuo”.

“Estamos viviendo momentos difíciles en nuestra Patria”, reconoció Radrizzani. “Todos hablamos de brecha, de clima de desánimo generalizado y de tristeza. Aumento de la pobreza y de familias que no pueden solventar sus necesidades básicas. Ausencia de trabajo”, sostuvo Radrizzani.

En cuanto a la función política, instó a “volver a la centralidad de la persona humana y no a la centralidad del dinero y los mercados financieros”: “Hemos de aprender de la historia, que es maestra y guía. Debemos seguir el camino del bien, la verdad, el diálogo y la justicia. Demos trabajar por el desarrollo de los hombres y mujeres que les permita el crecimiento como personas y, de manera inseparable, el crecimiento como sociedad”, dijo y enumeró las “bienaventuranzas del político”, escritas por el Cardenal vietnamita Francisco Van Thaun, que “pueden ser aplicadas a las conductas de todos nosotros en las distintas condiciones de Estado y labores en nuestra querida Patria”:

  • Dichoso el político que conoce y tiene conciencia de la importancia de su trabajo
  • Dichoso el político que, con su actuación, sabe honrar su título de “honorable”
  • Dichoso el político que trabaja por el bien común y no en provecho propio
  • Dichoso el político que es fiel y coherente para cumplir sus promesas electorales
  • Dichoso el político que, por encima de todo, no le tema a la verdad
  • Dichoso el político que se esfuerza para realizar y defender la unidad de todos los ciudadanos
  • Dichoso el político que sabe escuchar al pueblo, antes, durante y después de ser elegido
  • Dichoso el político que no le teme a los medios de comunicación, porque en el momento del juicio deberá responder solamente ante Dios.