Angel Rutigliano
tiene listo un nuevo libro de cuentos, y la semana que viene estará en venta en las mejores librerías de Mercedes. En tanto, se presentará en la vecina ciudad de Luján, el sábado 15 a las 20.30 horas en el Colegio de Psicólogos.
Se trata de “Los Trovadores de Júpiter”, tal cual se denomina la nueva obra literaria del reconocido psicólogo.
- ¿De qué habla este libro de cuentos?
Estos personajes están destinados al puro azar, a desenlaces precipitados en mundos ajenos, a terminar en un cuento que no era el suyo, a no dar en el blanco, ni siquiera de la página que lo tiene de protagonista. Sin embargo, como manotazo de ahogado, a último momento, con el último aliento, pareciera que cada cual se ubica, se comporta, se pone a la altura de las circunstancias, por más bajas o desmesuradas que se presenten. O mejor: se las saca de encima como quien se sacude el polvo. Todo el relato va a parar al centro. Pero de qué. Es el instante del remate, la redención. Como cuenta Los Trovadores de Júpiter: no hay milagro más valedero que resucitar un vivo.
- ¿Son distintas historias?
En este libro podrá encontrar distintas historias pero, como las estrellas de una constelación, solo tienen en común el brillo. A sus personajes no les dan las cuentas y nada saben del cuento vecino. Ignoran cómo resolver los problemas que deben enfrentar. Recurren a extraños artificios inconducentes, utilizan métodos imperfectos o apelan a la propia experiencia: nada da el resultado esperado. Los finales son inefables –como es inefable la vida- y esto no construye a no ser una lógica patafísica, una figura imposible que atraviesa el vacío insondable.
- ¿Las historias incluyen el humor?
Sucede que este choque de esquina provoca el humor sobrio, la risa interna, sin mueca. A propósito: las aventuras que establecía Chaplin en sus películas iban bien pero terminaban mal. Las historias escritas por Buster Keaton iban mal y terminaban peor. Aquí las cosas van para un lado, luego se tuercen y no se enderezan más. Sucede algo que termina extraviándolo todo, eternamente contingente.