Entre el 2 y el 13 de diciembre se realizará en Santiago de Chile, la vigésima quinta Conferencia de las Partes Sobre Cambio Climático (COP25), a la que asistirán unos 190 países. Allí se evaluarán los objetivos autoimpuestos por los países participantes en conferencias anteriores y se pondrá especialmente la mirada en que los objetivos propuestos efectivamente se estén cumpliendo.
La evaluación de los objetivos estará a cargo del Panel Internacional Para el Cambio Climático, constituido por científicos que monitorean la emisión de gases de efecto invernadero y sus consecuencias en todo el mundo.
A modo de ejemplo, cabe recordar que en el Acuerdo de París en 2016 se acordó realizar las acciones necesarias para que la temperatura del planeta no sobrepasara 2ºC sobre el nivel preindustrial, lo que el mismo panel evaluador ahora considera insuficiente.
Es innegable que el cambio climático ya está entre nosotros y se cierne por el planeta con efectos devastadores, especialmente sobre las poblaciones más desprotegidas a las que ha producido consecuencias trágicas a través de la acción antrópica desmesurada sobre la naturaleza, sin tener en cuenta los principios de sustentabilidad para las generaciones futuras.
La propuesta es que las emisiones globales de dióxido de carbono deben llegar a un tope máximo en 2020, como única manera posible para limitar el aumento de la temperatura en 1,5 Grados, según evaluó el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés).
La idea de que el 2020 es el plazo decisivo, ya se mencionaba en el 2017 por uno de los principales científicos dedicados al estudio del clima: “La matemática del clima es brutalmente clara”, aseveró Hans Joachim Schellnhuber, fundador y director emérito del Instituto Postdam del Clima, en Alemania. “El mundo no puede ser sanado en pocos años, pero podría estar fatalmente herido de negligencia en el 2020” terminó diciendo.
La sensación de que el 2020 es una oportunidad límite en términos de cambio climático deviene de las observaciones recopiladas por los científicos, que demuestran que hasta ahora no ha sido posible detener las emisiones de gases de efecto invernadero a niveles razonables para empezar la reversión o, por lo menos, detener los efectos nocivos que siguen en crecimiento.
En el Acuerdo de París en el 2016, los países firmantes se comprometieron a mejorar sus planes de recortes de emisiones en un año, con el compromiso de llegar al 2020 a un tope máximo y desde allí empezar a bajar el nivel de las emisiones y de esa forma lograr mantener el aumento de la temperatura por debajo de 1,5 Grados Centígrados, el límite necesario para evitar los efectos más catastróficos del cambio climático.
Los más optimistas consideran que las grandes olas de calor que se han producido en este verano, incendios forestales monstruosos en el Ártico esta última semana, además de la influencia de las huelgas escolares producidas por la activista sueca Greta Thunberg, han despertado el interés público, exigiendo acciones políticas concretas, presionando a los gobiernos de muchos países para que actúen en consecuencia.
Sin embargo, los pesimistas o temerosos piensan que el 2020 podría ser el momento en que los Estados Unidos se retire del Acuerdo de París. Se comenta que si Donald Trump no es electo para un segundo período y es elegido un demócrata eso podría cambiar, todo esto podría tener enormes consecuencias en la lucha por el cambio climático.
Varios países ya han demostrado que el progreso en esa lucha sea lento. En diciembre del año pasado, Estados Unidos, Arabia Saudita, Kuwait y Rusia bloquearon la discusión en un encuentro de ONU del informe IPCC. Sobre el límite de 1,5 grados. En el Reino Unido, el comité sobre cambio climático declaró recientemente que el país va camino a incumplir su meta de emisiones cero para el 2050, a pesar de haber legislado para ello.
Chile se prepara para recibir en diciembre unas 25000 personas que asistirán a la COP25. Cabe recordar que el COP24 se realizó en la ciudad de Katowice en Polonia y se espera que el COP26, pueda realizarse en el Reino Unido a fines del 2020, al que se le considera de una relevancia crucial puesto que se llevará a cabo, justo cuando se consideran cumplidos todos los plazos para detener el deterioro del clima.